La Ciencia y la Educación Superior en el Proceso de Internacionalización. Elementos de un Marco Conceptual para América Latina.

16 octubre, 2015 / Sin Comentarios / 1524 vistas

 

VESSURI, Hebe. La Ciencia y la Educación Superior en el Proceso de Internacionalización. Elementos de un Marco Conceptual para América Latina (Paper No. 3/s). En: Foro de la UNESCO. Comité Científico Regional por Latin América y el Caribe, Paris, Diciembre-2003, 19 p. [2]

 

Por: Juan Cristóbal Morales Ordoñez

Universidad Técnica Particular de Loja

Observatorio Nacional Temático del Ecuador

jmorales@utpl.edu.ec   

 

Reseña [1]

El texto inicia con el tratamiento de la globalización y la desigualdad, planteando que el conflicto y la fragmentación son hoy más evidentes que la integración y la gobernabilidad global.  La autora analiza el rol político de los países ricos en la sociedad global, manifestando que erosionan las soberanías de los países pobres por la imposición de modelos económicos y culturales que provienen de esas potencias económicas.

El desarrollo de las invenciones y de la ciencia que inciden en la economía global es cada día más incontrolable por parte de los Estados; responden más bien a las fuerzas anárquicas de mercado y a la presión incesante para la explotación de  recursos naturales que se agotan. La ciencia es cada vez más un recurso orientado al crecimiento basado en la lógica de mercado y menos  concebida como una actividad cultural.

En ese marco, es necesario redefinir el papel de la ciencia y las políticas de desarrollo en los países sin ciencia. Se requiere una nueva conciencia de la ciencia, sistémica y humanista, que asimile la incertidumbre y los compromisos de valor ético. La ciencia se relaciona con la Universidad  y también con los escenarios de poder político.

En el capítulo 2., H. Vessuri aborda el análisis de la autonomía de la ciencia o su dependencia de otros factores sociales. Afirma que, a lo largo del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, la ciencia mantuvo una posición privilegiada frente a otras formas de conocimiento y que esa situación cambió con la demanda cada vez más exigente de producir ciencia orientada a aplicaciones técnicas.

Los Estados abandonaron la función reguladora de los desarrollos científicos, lo cual permitió que las demandas del mercado global sean las que determinen el avance y desarrollo de la ciencia.

El capítulo 3 insiste, con argumentos, en la nueva percepción del conocimiento como un proceso guiado por fuerzas del mercado, por una parte, y, por la otra, en los intereses de buscadores o generadores profesionales de conocimiento, lo que da como resultado una brecha en el conocimiento científico y tecnológico. Su autora manifiesta que estas dos fuerzas, el mercado e intereses propios, son las responsables de la creciente internacionalización de la industria y la investigación tecnológica, lo que produce una movilidad creciente no solo de los capitales sino también de los cerebros.

El capítulo 4 trata sobre la producción y el consumo de conocimientos. Plantea que, durante un largo período, la ciencia se impuso como un sistema de conocimiento a otras formas existentes de saberes distintos. Fue percibida como independiente de cualquier interés y se la excluyó de probables malos usos de sus descubrimientos. Durante más de un siglo, la ciencia no tuvo un control último de los efectos de su práctica. Se dio y vivió una suerte de inmunidad ética en el campo de la ciencia. Pero esta situación cambió en el contexto del desarrollo industrial y especialmente, en el de la política científica.

En el capítulo 5, se analiza el lugar de las redes en la producción, comunicación y difusión del conocimiento. Desde los inicios del siglo XXI, la noción de redes en perpetua expansión forma parte de la realidad universitaria y científica. Hoy existen vías expeditas entre la investigación y las funciones productivas que vinculan a instituciones del sector público y privado en un proceso institucional constante y complejo. Las redes surgen y desaparecen. El conocimiento basado en redes podría conducir a una restricción de la distribución general de ese conocimiento. Además, ese conocimiento que era inicialmente de libre acceso en internet, puede pasar a formar parte de sistemas privados, con lo cual deja de ser accesibles.

Las redes están conformadas por profesionales internacionales que se mueven en un universo epistemológicamente compartido e internacionalmente estandarizado. Para lograr este tipo de profesional, los países construyen referentes mínimos que deben cumplir sus sistemas de educación superior. Sin embargo, la homogeneidad no es la característica de los países y esa realidad genera una situación que coloca en situación de dependencia a los profesionales de los países pobres. Se producen, con fuerza, intercambios científicos entre centro y periferia, pero desde una hegemonía ejercida por los países que generan conocimientos científicos.

El capítulo 6 se refiere a los cambios en el escenario institucional de la educación superior y la investigación. El espacio retórico de libertades intelectuales que llegó a caracterizar a la universidad del siglo XX  se fue haciendo cada vez más escaso. La universidad forma especialmente profesionales para el mercado de empleo. Las instituciones de educación superior están en crisis pero, al mismo tiempo, permanecen en el centro del sistema. Se constata una creciente presencia de instituciones científicas occidentales o de tipo occidental en el mundo en desarrollo, también en América Latina, y esto es tomado como una indicación de modernidad artificial. Las instituciones de educación superior en América Latina se convierten en filiales o cajas de resonancia de las instituciones del Norte. La relación entre los países en desarrollo y los países ricos se torna demasiado desigual y así las posibilidades de hacer un buen trato en temas de conocimiento, son pocas.

El capítulo 7 trata sobre elementos para un marco conceptual, planteando la  necesidad de incorporar en el análisis que permita comprender la situación, la precariedad histórica de las instituciones de educación en América Latina y la incorporación de innovaciones de manera artificial y drástica. Por otro lado, se afirma que la educación superior y el conocimiento científico a nivel mundial han sido unidimensionales y dirigidos esencialmente al crecimiento y desarrollo, cuando los nuevos escenarios deberían orientarse a estimular la conciencia mundial de interdependencia y comunidad de destino. Los países deben definir estratégicamente sus necesidades de conocimiento que, no necesariamente, tienen que ver con la ciencia y la tecnología. Se afirma que la tecno-ciencia y la educación superior han sido tradicionalmente instrumentos universalizantes de un proyecto hegemónico que responde a los condicionantes de mercado y de acomodamiento profesional y no a estrategias que sean el producto del debate acerca de lo requieren para su sostenibilidad las sociedades.

 

Comentario

El artículo de la profesora Vessuri propone una reflexión sobre situaciones contemporáneas relacionadas con el poder, la política, la economía, la ciencia, la investigación y la educación superior en el marco de la globalización.

Aborda el problema de la independencia de la ciencia, afirmando que no existe y que ésta se encuentra vinculada con objetivos y procesos que son producto del  interés del mercado y de la tecnología comercial.

Cuando se refiere a la institucionalidad de la educación superior plantea que, actualmente, está orientada con fuerza a la formación de profesionales sin que la ciencia sea su único interés. También afirma que los sistemas de educación de los países en desarrollo reciben productos de educación elaborados por los países ricos que no responden necesariamente a los intereses de esas sociedades.

Desde el criterio expuesto en el artículo cuya reseña se presenta, corresponde la reflexión sobre los procesos de movilidad e internacionalización que se dan en nuestros países. La comprensión de los escenarios en los cuales se producen acciones de movilidad académica y científica, debe ser uno de los elementos a cumplir para la definición de políticas al respecto, estrategias y acciones que las concreten.

Por fin, se debe resaltar la propuesta que se encuentra en el texto, relativa a la necesidad de que la educación superior también trabaje en el desarrollo de la conciencia mundial de interdependencia y comunidad de destino, esto es, en procesos humanistas que permitan comprender lo que es necesario para todos.


[1] Reseña elaborada en el marco de la Red Temática sobre la Internacionalización y Movilidades Académicas y Científicas, Proyecto de Redes Temáticas CONACYT No. 260402.

[2] Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001347/134783so.pdf

Texto disponible en PDF: Resena_Morales