Construir vías para la integración de los estudiantes de posgrado al sistema académico en México: retos y realidades. Entrevista con el Dr. Miguel Alejandro González Ledesma.
Por Dira Plancarte [1]
dira.plancarte@cinvestav.mx
Abril de 2018
DP: ¿Podría presentarse brevemente?
MG: Sí, yo soy Miguel Alejandro González Ledesma. Hice mi doctorado en ciencias políticas en la Escuela Normal Superior de Pisa, en la sede en Florencia, en Italia; y me especialicé en políticas públicas. Mi trabajo de tesis doctoral fue sobre políticas de educación superior, particularmente, gobernanza en los casos de Chile y de México.
DP: ¿Desde hace cuánto tiempo pertenece a la RIMAC?
MG: Me invitó a participar el doctor Germán Álvarez a principios del año pasado, del 2017.
DP: ¿Cuál ha sido su experiencia como miembro de la Red?
MG: Como comentamos al principio todavía no he tenido el acercamiento a la Red pero platicando con el Doctor Germán sí he tenido la oportunidad de conocer qué es lo que se está haciendo. También la doctora Sylvie Didou me hizo llegar unos libros bastante interesantes. Y bueno, mi ingreso a la RIMAC se da en el contexto de un artículo que escribí junto con el doctor Germán Álvarez sobre el marketing en educación superior que es uno de los productos que también entregamos como parte de la Red.
DP: Bueno ¿me podría hablar sobre cuáles son sus principales líneas de investigación?
MG: A mí me interesa sobre todo, el tema de la gobernanza en educación superior. Es decir, la gobernanza sistémica, cómo los países estructuran sus sistemas de educación superior, cómo se gobierna la educación superior, quiénes son los involucrados. Ello, a la luz de la reforma a la educación superior que en América Latina, al menos, empieza a mediados de los ochentas. Me ocupo, pues sí, de eso principalmente. De la gobernanza. En particular, he estudiado temas respecto al financiamiento, a la privatización, a los movimientos estudiantiles vinculados a la reforma en educación superior y, últimamente, me he estado metiendo más a temas de educación superior privada. Cómo se gobierna la educación superior privada a partir de una experiencia que, desde mi punto de vista, es muy importante: es la de Chile que, como sabemos, es uno de los países con niveles de privatismo más altos en el mundo.
DP: Muy bien y, dígame ¿cuáles son sus proyectos en este momento?
MG: Ahora justamente, entrarle más de lleno a estudiar el tema de la educación superior privada. Esto que te comentaba, cómo se gobierna, quiénes son los actores, cuáles son sus intereses, en América Latina y ahora me estoy interesando mucho en el tema de la innovación y vincular la innovación, justamente, con el tema de la internacionalización. Pensando la innovación no como una categoría neutral sino como una que tiene una carga de sentido y muchos intereses en torno.
La innovación, normalmente, se ha vuelto un mantra y basta decir innovación como para decir que es algo bueno que va a pasar, o es algo bueno que tienen que hacer las instituciones cuando en realidad la carga más fuerte que tiene el término tiene que ver con la forma en que las universidades se suman a contribuir en el mejoramientos de los procesos de producción por un lado, y en mejorar las formas de organización en las que esa producción se lleva a cabo. Sí, la idea ahí es que esta innovación no tiene nada de malo, mejorar la producción y los procesos organizativos de la propia producción. Sin embargo, se están dejando de lado otras cuestiones que tienen que ver con la innovación y que son muy necesarias. Por ejemplo, la optimización de recursos naturales, la administración del espacio urbano. Mucho trabajo se está haciendo en las universidades que va en ese sentido pero, sin embargo, por falta de política pública (temas vinculados a la gobernanza) no termina vinculándose con políticas concretas.
Es decir, hay por ahí investigadores que están tratando de trabajar, por ejemplo, con el mejoramiento de los sistemas de agua, de distribución, purificación, etcétera, pero no hay una política de gobierno que vincule ese trabajo de innovación necesaria a la realidad concreta. Cuando sí los habría, por ejemplo, para mejorar la producción de la industria refresquera. Entonces, mi punto de vista en ese sentido, o la hipótesis de trabajo es que sí hay una asimetría en la manera en que se está pensando la innovación. Ya sea hacia donde se están yendo los recursos, ya sea hacia donde está yendo la política pública.
DP: A partir de eso ¿cuáles serían los principales temas de investigación a desarrollar en los que usted cree que podríamos proponer una agenda de trabajo sobre internacionalización?
MG: Interesante pregunta. Es una de las preguntas que estaba yo pensando antes de venir para acá y existe una cuestión estructural que tiene que ver con esto que estaba yo comentando de la innovación. Es decir, cómo se articula la política pública para integrar redes de científicos que se han ido o que podemos traer de otros países para contribuir a esos esfuerzos. Pero que tiene que ver también con reflexionar sobre la realidad de nuestros países y, para eso, necesitamos una gobernanza donde tengamos la presencia de una política pública fuerte. Es decir, un gobierno que esté también apoyando en ese sentido y no sean sólo las redes de investigadores las que se ocupan… que son hasta ahora las que han estado, según yo, haciendo la mayor parte del trabajo a nivel internacional, de tratar de imponer una agenda o tratar de construir una agenda. Por otro lado, pienso en mi propia experiencia.
Yo hice un posgrado en el extranjero gracias a una beca del CONACYT. Pude regresar a México gracias a una beca de posdoctorado, gracias a una beca de la Universidad Nacional, pero hasta el momento no hay una manera de integrarse. Después de eso, pues ya no hay nada. Eso tiene efectos en el propio trabajo. Creo que ésa es una reflexión personal. No encontrar donde ir a trabajar en concreto.
DP: De acuerdo con lo que menciona me podría decir ¿cuáles cree usted que son las principales medidas de política pública e institucional para implementar para impulsar la internacionalización?
MG: Es que para eso falta… ése es el punto. Ahí es como un perro que se muerde la cola. Porque sí, hace falta fortalecer la propia situación de las instituciones de educación superior en México que se dedican a hacer investigación para poder crear las condiciones de atraer a la gente. No sólo es suficiente hacer que regrese la gente que se fue a hacer un posgrado, una de estas vías de salida del país para ganar experiencias, aunque eso es muy válido. Yo creo que permite generar conocimientos, aprender cosas afuera y lograr esa cosa que se llama la fertilización cruzada. Es decir, lo que uno aprende por allá luego lo trae acá, etcétera. Pero sí se necesita una estructura, algo que te reciba cuando vienes acá y no sólo a los mexicanos, que nos fuimos sino para traer gente que viene de otros países.
Por ejemplo, yo te comento de casos que conozco de chicos que han venido de otros países, están viniendo a México después del contexto de la crisis en Europa del 2008, países del sur de Europa. Varios colegas de España, Italia, de Grecia, sobre todo de humanidades y ciencias sociales han encontrado la oportunidad en México de continuar o de hacer una carrera académica que es una oportunidad que no tienen en sus países de origen. Pero es una situación que cuando ellos llegan acá y traen todos esos aportes, no existen vías institucionales para integrarlos. A veces es un viacrucis desde la migración, desde la política interna de las instituciones para integrarlos al trabajo, para aprovechar los conocimientos que traen: creo que todavía nos falta mucho en ese sentido.
DP: Por ejemplo, en su experiencia en las instituciones mexicanas ¿qué consideraría que hace falta o que es necesario implementar?
MG: En la experiencia concreta, yo regresé aquí gracias al posdoctorado de la UNAM y es una experiencia muy buena. Yo integré al IISUE que es uno de los institutos de punta junto al DIE y otros que se dedican a la investigación educativa, y para mí es una experiencia que me hizo crecer mucho. Me puso en contacto con otros investigadores, porque tuve la oportunidad de desarrollar mi propio proyecto y seguir trabajando pero llega un punto en el que tú sabes que eso termina en un año, termina en dos, y la mayor parte del esfuerzo que tú tienes que llevar a cabo en la institución se va hacia todas las partes que tienen que ver con la evaluación del propio proyecto. Entonces estás siempre presentando documentación, lo cual no está mal pero creo que deberían generarse mecanismos mucho más ágiles para dar cuenta del propio trabajo. Eso por un lado.
Por el otro, el hecho de que tu no tengas la certeza de lo que va a pasar con tu vida en un año o dos, te obliga también a distraer buena parte de los esfuerzos que estás llevando a cabo hacia participar en concursos. Concursos acá, concursos allá y preparar los concursos ocupa mucho tiempo, es decir, algunos te piden que desarrolles un proyecto, otros te piden que hagas una crítica: es tiempo que se está yendo o que tú le estás dando a ese tipo de cosas y es un tiempo que tú no estás ocupando para desarrollar tu propia investigación. Es decir, ahí no hay certezas con respecto a lo que va a pasar. Creo que en el caso del posdoctorado de la UNAM, sí, había la intención de que se convirtiera en una vía de integración a la vida académica pero la situación económica del país es la que tenemos. Entonces obviamente que son [esfuerzos] extra institucionales y ahí es donde creo que la política pública podría jugar un papel fundamental. Sin embargo, no hay un esfuerzo claro, una iniciativa, una política con horizonte de sentido claro en cuanto a la ciencia.
En particular, en este sexenio, pues se han concentrado en la reforma educativa del nivel básico y se ha hablado muy poco o nada sobre educación superior. Tenemos políticas iniciales, eso lo sé porque lo que estudio en término de presupuesto, en términos de matrícula y en política científica ni se diga. Esas cosas al final impactan a nivel individual, yo por mi caso te lo puedo comentar, pero también tienen efectos negativos a nivel agregado. O sea, tú imagina a todos los que regresamos o los que están egresando en una situación similar. Entonces no hay esas salidas.
DP: Sin enfocarnos tanto en temas de internacionalización sino en sus temas de gobernanza ¿cuáles serían los temas que usted cree que son importantes a resaltar para los que nos leen encuentre una línea de investigación?
MG: En términos de la gobernanza, la gobernanza no es algo acabado, es un proceso, el esfuerzo es crear un sistema de educación superior. Creo que las preguntas en torno a este tema tienen que ver justamente en torno a qué se está persiguiendo o cuáles serían los objetivos que tendría que perseguir este sistema de educación superior, vinculados a qué cosa. Entonces, en ese sentido, sí hay una preocupación con respecto a las prioridades que tiene nuestro país en términos de mejoramientos de la capacidad productiva, de sostenibilidad que es un tema fundamental del cual no nos estamos ocupando, de planificación urbana. Es decir, cómo se integra un sistema que permita, en respecto de la autonomía de las instituciones que la tienen y en coordinación con las que no, generar esa clase de esfuerzos. Vincular a las universidades a ese tipo de trabajo de manera virtuosa. Esto es una parte. Además, nosotros tenemos en la agenda una serie de problemas que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo. Uno de ellos es el de la matrícula.
Tenemos muchos chicos que no tienen la posibilidad de acceder a la educación superior porque no hay espacios para que lo hagan, pero, en un escenario en el que la educación media superior se vuelve obligatoria, la presión hacia las universidades va a aumentar. Entonces ¿cómo vamos a responder a esos chicos que están tocando a la puerta de las universidades y que no tienen la capacidad de acceder?
¿Qué se está haciendo, por ejemplo, para regular o administrar lo que está pasando en la educación superior privada? Sabemos que hay instituciones con muy buen nivel pero sabemos también que existen otras que están aprovechando un nicho de mercado con calidad cuestionable, sin reconocimiento, ofreciendo títulos rapidísimos y ese tipo de cosas.
A mí me interesa mucho, bueno, por lo que he estado leyendo, me interesa mucho la forma en que se organizan las redes a nivel internacional es decir la geopolítica del conocimiento: hay redes de científicos, hay redes de investigadores que tratan de organizarse, de coordinarse, de producir conocimientos, incluso a contra pelo de los propios contextos nacionales. Y me refiero en particular al tema de las humanidades y de las ciencias sociales que están tratando de llevar a cabo ese esfuerzo, cómo lo hacen, cómo se organizan, qué recursos movilizan. Es una pregunta que a mí me interesa. Eso por un lado.
Por otro lado, siempre pensando en esta geopolítica del conocimiento y siempre pensando en esta cuestión de que la innovación no es simétrica, hay una asimetría también ahí en la producción del conocimiento, hay polos que están atrayendo en esas redes sobre todo en el conocimiento científico hay polos que están determinando las agendas. Construyen redes pero está ubicados en centros nacionales, en países donde hay mucha inversión en ciencia y tecnología, y están tratando de organizar esa agenda a nivel internacional. Entonces, en concreto, sería hablar de cómo se distribuye, cómo se crea la división internacional de trabajo científico en esos términos, considerando esas asimetrías. ¿Qué papel nos corresponde a países como México o países de América Latina? dado que tenemos muy baja inversión o que nos vinculamos de manera casi subalterna.
DP: ¿Tendría algo más que agregar sobre el tema de la internacionalización?
MG: Bueno, pensando en positivo, en que se pudiera trabajar en una agenda y en que uno pudiera incidir en esa agenda, yo creo que en América Latina sería interesante pensar en un espacio común de educación superior. Similar al que existe en Europa, es decir, el Espacio Común Europeo. Compartimos una lengua, compartimos una tradición, tenemos intereses regionales bastante concretos que se podrían impulsar de una manera mucho más fuerte, si existiera un intercambio, una libre circulación de personas, de académicos, de programas de becas en América Latina. Lo cual implica un esfuerzo muy grande porque tienes que, como en Europa, trabajar en los créditos, un sistema común de créditos o una manera de intercambiar para que eso que tú haces en Bolivia, Argentina o en Chile, en Bolivia, valga en México o viceversa. Sería muy interesante un esfuerzo de ese tipo, pensarlo.
DP: Un esfuerzo como el que está haciendo, por ejemplo, MERCOSUR.
MG: Claro, claro, pero a diferencia de lo que está pasando en Europa, la Unión Europea ha sido una integración económica más que política y desde la crisis económica del 2008 estamos viendo por dónde están las fracturas y las fallas de ese proceso. Es decir, hay un déficit democrático y le han dado mucho énfasis a la parte económica y poco a la parte social. Eso lo vemos en la crisis y en América Latina, por desgracia, somos muy susceptibles a los vaivenes políticos de la región. Es decir, la situación en el MERCOSUR cambia radicalmente cuando cambia el poder en Argentina. Cuando cambia el gobierno y vuelve la derecha. En Brasil, ahora estamos viendo lo que estamos viendo. Es decir, cómo hacer que estos procesos logren mantenerse a pesar de las agendas de las fuerzas políticas al interior de estos países. Por desgracia vemos que esto afecta las reservas hacia mantener, llevar a cabo o profundizar ese tipo de acuerdos en un contexto como el que estamos viviendo ahora en América Latina con la llegada de la derecha en Argentina, Brasil… en Chile de nuevo regresa la derecha y cómo hacer que este tipo de políticas puedan avanzar independientemente del color de los partidos.
Porque muchos de estos gobiernos han identificado las políticas alternativas de integración latinoamericana con un discurso bolivariano en el caso de Venezuela o del Buen Vivir en Ecuador, y las fuerzas políticas que llegan ahora a desafiar a estos gobiernos y que han estado ganando terreno en los últimos años revierten sin que haya continuidad.
DP: Muy bien. Pues sería todo, muchas gracias.
[1] Dira Plancarte es becaria de investigación por parte del Sistema Nacional de Investigadores en el Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV. Esta entrevista fue realizada con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública –Subsecretaría de Educación Superior- Dirección General de Educación Superior Universitaria, convenio PADES No. 2017-09-0006-09.
Entrevista disponible en PDF: DiraPlancarte-MiguelGonzález