Entrevista al Dr. Víctor López Villafañe, Profesor emérito del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey

21 FEBRERO, 2018 / SIN COMENTARIOS / 931 VISTAS

(última actualización: junio 2019)

Entrevistado: Dr. Víctor López Villafañe

Institución: Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey

Entrevistadora: María Cecilia Oviedo Mendiola[1]

Ciudad de México, 6 de junio de 2017

Transcribió: Ana María Baños Martínez[2]


CO: María Cecilia Oviedo Mendiola

VLF: Víctor López Villafañe


CO: Platíquenos cómo surgen los estudios sobre Asia y la cooperación con esa región en el Tec de Monterrey.

VLF[3]: Llegué al Tecnológico en 1993, julio o agosto, y me contratan a mí con la idea precisamente de tener un especialista, de que los profesores que dieran regiones en el mundo fueran especialistas, que no fueran profesores improvisados. Nunca hubo como tal un centro de estudios de Asia ni mucho menos porque yo me negué, quizá hubo el intento de crear un centro o algo así pero yo me negué porque no había especialistas. No puedes tener un centro de estudios sobre una región del mundo, cualquiera que esta sea si no tienes materia prima, si no tienes los recursos, entonces yo en realidad me negué, nunca hice lobbying o presión para que se hiciera algo porque yo sabía que no es fácil formar recursos humanos de la noche a la mañana, eso implicaba una política. Lo que sí hizo el Tecnológico, que fue digamos atinado, fue promover el intercambio académico, yo creo que fue la primera universidad en México que empezó a ofrecer que los estudiantes pudieran hacer estancias, de verano o que pudieran pasar uno o dos semestres enteros, en países de Asia, entonces se firmaron convenios principalmente si mal no recuerdo, al principio con Japón y posteriormente con Corea y con China.

CO: ¿En el Tec querían especialistas para las asignaturas que tenían que ver con regiones, en este caso con Asia, para licenciatura y posgrado?

VLF: Era fundamentalmente la licenciatura y específicamente para los que estudiaban Relaciones Internacionales porque ellos llevaban una serie de materias que eran escenarios regionales de Europa, de América Latina y de Asia Pacífico y también llevaban de Medio Oriente y de África. Llevaban 5 o 6 materias sobre las principales regiones del planeta y se promovía que hubiera especialistas. Esa fue la idea principal.

Lo que hizo también el Tecnológico de Monterrey y que fue importante, sobre todo una vez que la modernización de China explotó, fue instalar una oficina en Pekín, en eso el Tecnológico fue pionero y me imagino que la oficina sigue operando.

CO: Sí, en Shanghai creo que la de Pekín ya no.

VLF: La pasaron de Pekín seguramente, pero empezó en Pekín y luego empezaron con intercambio de profesores y demás, así es que en eso fueron también pioneros.

Otra cosa en la que yo tuve que ver, que fue creo interesante también, es que había una agrupación estudiantil que se llamaba Programa de Liderazgo Empresarial Internacional, con las siglas PLEI, si no mal recuerdo ellos fundaron esa agrupación por ahí de 1994-1995, empezaron en Monterrey visitando empresas, teniendo contactos con empresarios, ellos se veían como emprendedores empresariales en sus futuros y querían, desde estudiantes, tener un contacto con empresarios y con empresas y si no mal recuerdo empezaron en Monterrey. No sé si hicieron algunos viajes dentro de la República Mexicana pero a fines de 95 principios de 96 ellos vinieron a verme porque perfilaron un viaje de estudios a Asia-Pacífico, porque estaba explotando la idea de esta región como una región de desarrollo económico importante y alguien les dijo ‘Si van a Asia tienen que hablar con el Dr. Víctor López Villafañe para que los asesore’. Vinieron a verme y la verdad es que en ese momento, hay que recordar que todavía en 95-96 no había Internet, empezaba el correo electrónico, pero no muchas universidades ni muchas personas en esa época tenían correo electrónico siquiera, entonces vinieron a verme para decirme que querían hacer un viaje y yo pensé que la logística de esto estaba complicada, porque perfilar un viaje de 45 días desde México iba a ser medio difícil y sugerí que hiciéramos una alianza con la Secretaría de Relaciones Exteriores. En esa época estaba de director de Asia Pacífico Sergio Ley, quien después fue embajador de México en China, lo invitamos al Tecnológico de Monterrey, yo lo conocía por las cuestiones de la especialidad, vino, nos dio una conferencia con los estudiantes y ya después le planteamos la idea de hacer el viaje y que la Secretaría nos ayudara con las embajadas. Acogieron muy bien la idea, así que se mandó la orden a las embajadas y fue más fácil. Las embajadas en cada país nos ayudaron a hacer el programa, nosotros les decíamos nada más qué tipo de empresas queríamos ver, qué tipo de universidades queríamos visitar y también les pedimos que nos hicieran recomendaciones, así que se perfiló un programa muy interesante para hacer el viaje en el 96. Se hizo un viaje de 45 días, lo empezamos en Japón y lo terminamos en Hong Kong, pero fuimos a Corea, a China, a Malasia, a Tailandia, a Singapur, fueron los principales países que recorrimos, estando en cada país 3, 4 o 5 días haciendo visitas. Fue un viaje muy interesante. El año pasado se cumplieron veinte años de ese viaje. A partir de ahí, esos viajes se hicieron reiterativos cada año, cada año lo ampliaron, al otro año mandaron una misión a Asia y la primera a América Latina, luego a Europa y ya después cada año salían 3 o 4 misiones de 20 o 30 estudiantes con 1 o 2 profesores. Así que en eso también el Tecnológico fue pionero porque nadie en ninguna universidad en México lo había hecho, después lo empezaron a hacer también el ITAM y otras instituciones. Yo volví en 98, lo hice dos veces y me despedí de esos viajes. Interesante porque a partir de estas experiencias algunos de ellos abrieron oficinas vinculadas con Asia para promover productos. En esos viajes íbamos con proyectos y se hacían equipos de trabajo y me tenían que presentar los proyectos por grupos, por temas. Fueron viajes de aprendizajes muy importantes para todos ellos porque descubrieron lo que estaba pasando en esa región del mundo, de tal manera que yo creo que fueron semillas muy valiosas para sus desarrollos profesionales. Yo sé por la historia de muchos ex alumnos míos y muchos que hicieron estos viajes, que son muy exitosos, les va muy bien, muchos ahora tienen sus propias empresas, consultorías, en diversas áreas. Una ex alumna mía Beatriz Carrillo, por ejemplo, ella había ido a Japón a estudiar, vino en la primera delegación de 96 y después se volvió especialista en China, una especialista importante, desgraciadamente no regresó a México, hizo su doctorado en Australia y está contratada y trabaja para una universidad australiana. Fue alumna mía y es de estas semillas que fructificaron.

Otra cosa que fue interesante también es que en todo ese tiempo el  Tecnológico de Monterrey vivió también una época dorada, hizo modernizaciones brutales: fue la primera universidad en tener un sistema de enseñanza conectado por satélite, abrió oficinas en toda América Latina, fue la primera universidad que empezó a aplicar lo que ahora es algo cotidiano, las nuevas tecnologías a la educación, modernizó toda la planta física en el Campus de Monterrey y pues la verdad es que venían de Estados Unidos, de Japón y de otras partes a visitar al Tecnológico de Monterrey como una universidad de grandes transformaciones. Esto también me permitió a mí tener contacto, porque casi siempre que venía gente, sobre todo de Asia, el rector o las autoridades me llamaban, entonces permitió que tuviéramos conexiones relevantes. Una de ellas es David Goodman, que es este profesor conocido mundialmente y que trabaja China, él vino a Monterrey yo le preparé una conferencia, a partir de eso hemos hecho una gran amistad hasta la fecha y a raíz de esa conexión muchos estudiantes pudieron visitarlo en Australia, pudieron obtener apoyos de él para hacer estudios en China, en fin. Basado en esta capacidad tecnológica que tenía Monterrey llegué a organizar algún diplomado vía satélite y hubo conferencistas que me conocían y con los que yo tenía contacto del nivel de Chalmers Johnson, que ya falleció, o Barry Naughton, yo lo conocía porque fui becario Fulbright en el Centro Asia Pacífico de la Universidad de California, lo conocía y lo invité. Basado en la red de mis contactos y conexiones, pudimos de manera permanente en mis cursos, en los diplomados y conferencias que organizábamos, siempre tener contacto con personalidades. En una ocasión también vino el embajador de Japón, porque la gente de la embajada me conocía, sabían que yo estaba en Monterrey y en un viaje que hizo me pidieron que le organizara una conferencia, pero no muy grande, porque no quería hablarle a un auditorio muy grande,  lo llevé a mi clase, así que mis estudiantes recibieron una clase del Embajador de Japón en México.

Otra experiencia formidable fue que el Tecnológico firmó un convenio que se llamó Six University Consortium que después derivó en un Six University Symposium. El Tecnológico de Monterrey firmó un convenio con Fudan University en Shanghai China, con la universidad de Corea, Korea University en Seúl, firmó también en un principio con la British Columbia en Vancouver, después fue Toronto porque la British Columbia dijo que no los últimos años y del lado americano estaba la American University de Washington y el Tecnológico de Monterrey de México. Yo creo que durante unos 10 años se celebraba cada año un seminario, un simposio de 2-3 días en cada una de las universidades y de los países de este consorcio y yo tuve oportunidad de participar en la mitad de estos seminarios. Fue muy interesante, teníamos la posibilidad de intercambiar cada año trabajos, ideas. Para mí era una fuente de conocimiento muy importante porque de cada universidad, dependiendo la temática que desarrollábamos, venían especialistas a presentar trabajos de un gran valor; realmente para mí era un lujo poder tener acceso a información y a análisis que de otra manera hubiera sido imposible y todo eso me sirvió para nutrir mis trabajos, mis análisis y mis cursos. Tengo el orgullo de que en dos ocasiones fui premiado como el mejor profesor en el área de ciencias sociales y, recientemente, hace unos tres años, el Tecnológico convocó a una votación por sus 70 años de vida a todos sus ex alumnos sobre cuáles eran los profesores que los habían marcado, que les habían dejado una huella, yo ya había dejado el Tecnológico de Monterrey  y me llamaron para decirme que yo había sido uno de los más votados y que iban a hacer una ceremonia para premiar a todos los profesores que los estudiantes recordaron como los profesores que los habían marcado. No fui a la ceremonia porque yo ya estaba en México, pero ellos me mandaron el premio. Realmente mis cursos se iban fácilmente por las informaciones y los viajes que yo tenía, por la capacidad de llegar al aula y de engancharme con los estudiantes, a los que les encantaban las anécdotas,  y durante casi 20 años siempre tuve buenos comentarios de mis alumnos en las evaluaciones que hacía el Tecnológico de Monterrey al final de cada semestre y hasta la fecha tengo contacto con algunos de mis ex alumnos y de las personas que trabajaron conmigo, muchos de ellos muy destacados ahora.

Fue una época de un enorme dinamismo, en la que trabajé mucho, hasta que por cuestiones de salud le bajé mucho a los viajes. En 2008, en un movimiento estratégico, me fui de licenciatura a la Escuela de graduados, a maestrías y doctorado, y ahí permanecí hasta 2012 en que me retiré del Tecnológico.

Otra cosa interesante que también fue positiva para los trabajos que yo hago fue que en 2008 yo tenía sabático y decidí irme a Pekín para hacer el libro que después salió[4]. En ese año decidí hablar con mis amigos y colegas del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de Pekín para que me invitaran y poder estar con ellos un semestre para recabar la información para hacer este libro. Ellos me hicieron la invitación para obtener la visa pero ahí fue interesante porque el Tec tenía entonces la oficina, estaba en Pekín en esa época y  el que estaba ahí como representante fue Luis Lojero -que no fue directamente alumno mío pero estudió Relaciones Internacionales y habíamos hecho algunas cosas en conjunto y después él fue el primero que fue a abrir la oficina a Pekín en 2006-2007- él me ayudó a instalarme y me dio la información de que había un centro de estudios chinos de una universidad jesuita de Estados Unidos, si mal no recuerdo está en Chicago, la Loyola University. Los jesuitas tienen una larga tradición de haber estado en China, fueron de los primeros misioneros que llegaron allá en el siglo XVI y ellos tenían un centro de estudios formidable, así que esa información que yo obtuve fue vital porque prácticamente me adscribí a ese centro todo ese semestre y obtuve toda la información de primera mano, para luego venir a México y continuar armando lo que sería este libro que se publicó en 2012. Así es que todo este tiempo hubo una serie de efectos que yo provoqué, probablemente, pero también efectos que la institución provocaba y que me beneficiaron. Así que fue una cosa de los dos, de la institución como proveedora de nuevos espacios en sus proyectos de modernización y yo que estaba trabajando y haciendo mis cosas sobre Asia y sobre otros temas porque soy un tipo diversificado, soy como un hombre que toca varios instrumentos. Mi libro este del Sistema Político Mexicano[5] fue mi primer libro y es el libro más vendido que tengo  y acabé de hacer la nueva edición el año pasado.

CO: El Tec tiene en su campus de Guadalajara un Centro de estudios de Asia ¿me puede hablar de él?

VLF: Sí. Ese es interesante porque fue una iniciativa del que era rector en la época en la que se creó el centro en Guadalajara, él lanzó la iniciativa. Como nosotros no lanzamos la iniciativa, como te decía, yo fui renuente a hacerlo porque no había los recursos humanos, entonces yo dije; yo no me meto en esto, iba a ser una cosa de locos armando todo esto, y no lo hice, pero el rector vio la oportunidad que había y él tomó la decisión de crear el Centro de Estudios de Asia de Guadalajara, pero fue un decreto, sin tener las bases, la verdad, o sea no tenían un solo especialista cuando crearon ellos el centro. Me acuerdo que nos invitó a nosotros a unas reuniones para que lo aconsejaremos y cosas de este tipo y entonces ellos a lo que se dedicaron fundamentalmente fue a manejar el intercambio académico, que yo sepa ellos nunca produjeron nada como centro de investigación, sin embargo tiene por lo menos ahora las dos personas que yo conozco que son Mauricio Cervantes que él fue el primer director, luego salió un poco, Renato Valderrama estuvo ahí como director, luego volvió otra vez Mauricio Cervantes. La impresión que yo tengo es que él con el tiempo se ha vuelto especialista, o sea por viajes, por lecturas, sobre la carrera. Otro que está ahí es Daniel Lemus, Daniel sí es especialista, él se doctoró del Centro de Estudios de Asia Pacífico de la Universidad de Colima. Que yo sepa son los dos únicos especialistas en el Centro. Yo lo que tenía entendido es que funcionaba más como intercambio de profesores y académico, la verdad es que no conozco, que yo sepa una revista o libros que hayan producido, lo desconozco no sé si lo han hecho o no, pero me parece que es un centro que está más dedicado a intercambio, con la salvedad de que Daniel Lemus sí es un especialista formado porque hizo su doctorado sobre eso y Mauricio Cervantes alguien que se ha hecho sobre la marcha, sobre el trabajo.

CO: ¿Qué pasa en este tiempo con el tema de la enseñanza de las lenguas asiáticas?

VLF: Cuando yo llegué en 93, no recuerdo si ya estaba o por ahí más o menos se empezó a enseñar japonés, lo daba una profesora japonesa, ella daba los cursos de japonés en el Tecnológico de Monterrey y después, eso debió haber sido cerca del año 2000 más o menos, se empezó a  enseñar chino, vino una profesora de China de parte de estos convenios que empezaba a firmar la institución, ya por lo menos seguía el curso de japonés y empezaban los cursos de chino. Supongo que los cursos de japonés y chino deben seguir.

CO: Incluso creo que ahora dan coreano en algunos campus.

VLF: Debe ser porque Corea ha hecho inversiones por ahí por lo de la automotriz Kia, entonces no dudo que también estén enseñando coreano. Renato Valderrama es el que ha metido mucho en la Universidad Autónoma de Nuevo León porque él dirige ahí todo eso y seguramente él está conectado con los cursos de coreano y toda la difusión del conocimiento de Corea y todo eso, seguramente por la gran inversión automotriz de Corea en Monterrey, así es que sí, en idiomas digamos que también se avanzó.

CO: Me queda la duda ¿por qué tiene usted más trabajo sobre China recientemente que sobre Japón, cuando una de sus primeras experiencias hacia Asia es a la Universidad de Tsukuba?

VLF: Claro, es que poca gente sabe, tengo que explicarlo muchas veces, que yo fui a Japón a estudiar China. Mi proyecto de investigación de posgrado cuando yo postulé a la beca de Japón en 1976 era las relaciones de China con Japón, me centré en la época de la revolución China porque Japón lo invadió entre los 30’s y los 40’s, están muy involucrados la revolución China con la guerra que hace Japón a China, ese fue mi proyecto en el que involucré a Japón, pero en realidad yo fui a Japón a estudiar China, con los profesores especialistas japoneses en China ¡Claro! yo llegué a Japón maravillado por Japón también y realmente quería estudiar la revolución China, la revolución comunista China pero llegué al emporio del capitalismo japonés y a lo largo de mi vida me he vuelto un especialista de los dos países. Si tú me preguntas ahora dónde están mis amores centrales, están en Japón porque viví muchos años en Japón, al cabo de los últimos treinta años viví en total 5 años, con muchos viajes, muchas estancias pequeñas, regulares, y los amigos que tengo en Japón son formidables y con China no tengo tanto ese apego porque no tengo esa identidad tan fuerte como la tengo con la sociedad japonesa, es algo muy curioso y también tiene que ver un poco con mi vida personal, estoy un poco decepcionado de China, del rumbo que ha tomado China a pesar de que se habla de la grandeza económica, pero el sistema, sobre todo el sistema político que no me gusta, hay demasiada censura, he dejado por ejemplo de leer la prensa china porque es pura versión oficial y los líderes de ahora son un burócratas brutales, también los que estaban antes, hay una burocratización de la vida. En cambio Japón es una sociedad más abierta, el miércoles 12 de julio me dan la condecoración del sol naciente con rayos de oro, que es la más importante que da Japón en las áreas de la cultura, de la intelectualidad[6]. Un amigo mío español que conoce mi obra me escribió diciéndome ‘Déjame sobre todo felicitar al gobierno japonés por su inteligencia y por su sensibilidad’, porque yo he sido crítico, no he trabajado para quedar bien ni con Japón ni con China, ni en las cosas que escribo sobre México me importa quedar bien con nadie… Si tú vez mi obra sobre Japón[7], no la hice para obtener algún premio ni nada. El premio otorgado por el gobierno japonés revela lo que es un sistema más abierto, en cambio mi último libro sobre China, que es una crítica al sistema chino yo sé que puse en aprietos a mis pobres amigos, colegas chinos que me invitaron, porque yo les mandé el libro terminado y hubo un silencio absoluto. Yo sé que ellos dijeron nos vamos a apartar porque el gobierno nos puede censurar ‘¿Por qué invitaron a este tipo que vino, hizo un libro con apoyo de ustedes para hacer una crítica de que se acabó el socialismo y lo que hay es un capitalismo de estado?’, que es lo que estoy diciendo ahí. Eso te revela por qué el respeto y mis sentimientos con los japoneses siguen siendo muy fuertes. Es eso, que yo fui a estudiar China a Japón, no sé de qué país se más, pero he tenido mucha más interrelación y amistad con los japoneses.

CO: ¿Cuál considera que es la perspectiva institucional de estos estudios de Asia en el Tec de Monterrey? Usted salió hace ya varios años, 4 años ¿se continúa? ¿Hay quien esté trabajando sobre esto?

VLF: Bueno supongo que sí, hasta donde yo sabía quién me sustituyó para la clase específica es Renato Valderrama, que fue alumno mío, él era el que estaba como titular de la cátedra. La verdad no sé si él sigue, yo he perdido un poco el contacto, salió el que era el rector con el que trabajé, Rafael Rangel Sostman, y yo me retiré porque me jubilaron, lanzaron la orden de que había que jubilar a los profesores más caros, de más de 60 años, entonces a mí me tocó. Me nombraron profesor emérito, pero yo decidí moverme a la Ciudad de México y contratarme en la Universidad Autónoma de Zacatecas, que es la institución con la que trabajo ahora, en el Doctorado de Estudios del Desarrollo. No he vuelto a trabajar con ellos, conservo la amistad con un grupo importante de profesores que estuvieron ahí en mi época, pero no me han vuelto a invitar a nada, como estoy considerado un intelectual crítico, orientado a la izquierda. Guardo de mi época en el Tecnológico un recuerdo inolvidable, toda la gente fue maravillosa conmigo, tuve mucho apoyo y llegué a hacer cosas muy atrevidas en su momento: con Soraya Castro, la especialista cubana número uno sobre Estados Unidos, en 2005 o 2006 organizamos un evento Cuba-Estados Unidos con el apoyo financiero de la Fundación Ford, ahora, con el acercamiento de Obama ya se perdió el feroz enfrentamiento entre los dos países pero en esa época, con Bush en el gobierno, la situación era muy diferente. Con Wayne Smith, quien fue el último embajador en la época de Cárter, en Cuba, organizamos también en 2006 o 2007 un encuentro sobre tecnología para enfrentar ciclones, donde asistirían tanto el director del Centro Meteorológico de Miami, Estados Unidos como el de La Habana, pero la CIA no dejó abordar el avión al director del Meteorológico de Miami y no pudo ir al evento. Organizamos, creo que en 2001, el primer evento China-América Latina, creo que fuimos pioneros. También hice muchas cosas con estudiantes, las asociaciones estudiantiles en Monterrey son muy dinámicas. Fui con estudiantes a Cuba, fuimos con los zapatistas, no nos recibió ‘Marcos’ pero sí nos recibió Samuel Ruiz. Nos ubicaban como el grupo crítico y de izquierda en el campus, pero yo nunca recibí una llamada de atención de las autoridades, porque habría renunciado inmediatamente, y siempre tuve buenas evaluaciones y un apoyo estudiantil muy fuerte.

CO: Doctor, ha sido muy interesante, le agradecemos mucho su tiempo.


[1] Departamento de Investigaciones Educativas (DIE), del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), I.P.N.

[2] Estudiante de Servicio social en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A. C.

[3] Doctor en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente profesor-investigador de Doctorado en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

[4] Se refiere al libro La modernidad de China: fin del socialismo y desafíos de la sociedad de mercado, México, Siglo XXI Editores, 2012.

[5] Se refiere al libro La formación del sistema político mexicano: de la hegemonía posrevolucionaria a la hegemonía neoliberal. México, Siglo XXI Editores, 1986.

[6] http://www.mx.emb-japan.go.jp/itprtop_es/00_001140.html

[7] Su libro más reciente sobre ese país es Japón después de ser el número uno. Del alto crecimiento al rápido envejecimiento (en coordinación con Carlos Uscanga), México, Siglo XXI Editores, 2015.


Entrevista disponible en PDF: EntrevistaVíctorLópezVillafañe-CeciliaOviedo