Los estudios sobre América Latina en la Universidad Sofía de Tokio.
28 ABRIL, 2016 / SIN COMENTARIOS / 1507 VISTAS
(Última actualización: junio de 2019)
Entrevistados:
Prof. Hiroyuki Tani[1]
Prof. Takeshi Kishikawa[2]
Institución: Universidad Sofía de Tokio, Japón.
Entrevistadores: Sylvie Didou Aupetit[3] y Juan José Ramírez Bonilla[4]
Publicada en abril de 2016
JJRB: Gracias por brindarnos un poco de su tiempo, para discutir temas relacionados con el desarrollo de los estudios sobre América Latina en las universidades japonesas. ¿Cuáles serían las principales ventajas del programa de estudios sobre AL en la US.
R: En nuestro caso, el programa está centrado sobre los estudios iberoamericanos y los realizamos a través del Instituto de Estudios Iberoamericanos de la Universidad de Sofía (US). En la práctica, los investigadores que participan en el Instituto no están afiliados exclusivamente a él; pertenecemos a otros departamentos; yo por ejemplo estoy adscrito al Departamento de Estudios Hispánicos, donde trabajamos la enseñanza y temas lingüísticos del español, referidos tanto a España como a América Latina; el Prof. Kishikawa pertenece al Departamento de Estudios Globales. Somos unos quince investigadores y cada uno de nosotros está dedicado a sus propios proyectos de investigación; pero reunimos nuestras fuerzas para realizar proyectos colectivos; por ejemplo, hace 5 años realizamos un proyecto conjunto de investigación sobre el centenario de la revolución mexicana e invitamos al Prof. Gustavo N. del CIDE, quien presentó dos ponencias. Ahora, estamos arrancando un nuevo proyecto colectivo sobre América Latina en la era de Asia Pacífico; recién empezamos y todavía no tenemos resultados concretos; pero, en los dos años venideros, concretaremos esto en publicaciones y en presentaciones en congresos en las asociaciones de investigación.
Las actividades que realizamos en el Instituto pueden verlas en el boletín, pues contiene todas las publicaciones que realizamos y los resultados de las investigaciones de cada miembro del Instituto.
Publicamos una revista bianual y contiene mayoritariamente artículos en japonés, pero también aceptamos trabajos en español, portugués e inglés; a veces, traducimos algunos de los trabajos al japonés para darles un mayor alcance. El año pasado, el instituto cumplió cincuenta años y esta es la publicación conmemorativa de los cincuenta años; en el segundo volumen están incluidos los trabajos de nuestro colega del CIDE.
En la Universidad de Sofía, el sistema de los estudios latinoamericanos es bastante complejo pues, los investigadores, pertenecemos a diferentes departamentos; el Departamento de Estudios Hispánicos está en la Facultad de Estudios Extranjeros que yo actualmente dirijo; impartimos carreras de cuatro años y, durante los dos primeros, enseñamos intensivamente los idiomas de la región: español y portugués; durante los dos últimos años, los estudiantes eligen un área de especialización: lingüística, estudios sobre España y más o menos la mitad se dedica a América Latina, seleccionando alguno de los países de su interés.
Después de los cuatro años, unos cuantos estudiantes prosiguen sus estudios de posgrado; tenemos dos cursos: en el Departamento de Estudios de Área, contamos con seis o siete profesores especializados en América Latina; en el Departamento de Estudios Internacionales, el estudiante más que elegir algún idioma y/o país, selecciona una disciplina de estudio.
Los programas de posgrado de las universidades estatales tienen puertas muy abiertas para los estudiantes, pues la mayoría quiere acudir a ellas. En la US enfrentamos una realidad muy severa: si comparamos con la situación imperante hace unos 15 años, la US tiene ahora menos estudiantes de posgrado; pero estamos siempre listos para recibir los candidatos que tengan ganas de estudiar.
R: Yo estoy encargado de la investigación sobre los programas de estudios latinoamericanos en las universidades asiáticas. Hace tres semanas visite la Universidad de Malaya (UM), en Malasia, y también estuve en la Universidad de Tamkang (UT) en Taiwán y debo visitar China.
En Taiwán han reestructurado los programas: fusionaron América del Norte y América Latina, para crear un programa sobre las Américas; también fusionaron los estudios sobre Asia del este y Asia del sureste en un sólo programa sobre Asia del Pacífico. En China, todavía no conozco nada.
R: Una cuestión curiosa: fui a Taiwán para ver el estado de las publicaciones sobre América Latina realizadas en China; pues en China el sistema de bibliotecas es desgraciadamente muy cerrado; sin embargo, a partir de la Academia China de Estudios Latinoamericanos trabajan sobre una amplia variedad de temas.
JJRB: Hace tiempo visité instituciones chinas que hacen estudios latinoamericanos y descubrí con sorpresa latinoamericanistas chinos que no hablan español; gente que estudio en EEU y ve América Latina en la perspectiva estadounidense y sobre la base de literatura anglosajona.
R: Ahora eso está cambiando; yo hablo chino y por eso voy allá y veo las publicaciones en chino. Cada año, en el continente, son publicados muchísimos trabajos; en Malasia, casi no existen estudios sobre América Latina; fui a la biblioteca nacional, pero casi no hay nada.
JJRB: En la UM el programa es pequeño, con pocos recursos humanos y materiales; eso dificulta su trabajo. El gobierno ha puesto el acento en la Universiti Kebangsaan Malaysia (UKM) y ellos cuentan con muchísimos recursos para hacer trabajo sobre América Latina; pero han seguido la estrategia del Institute of South East Asian Studies (ISEAS), de Singapur; es decir, cuentan con un staff muy reducido, pero reciben muchos investigadores de todo el mundo, con la condición de publicar en el Instituto. La UKM ha seguido está política. Es una pena, pues no hay un conocimiento local sobre América Latina.
R: La directora del programa en la UKM tiene una especialidad en lengua inglesa; el responsable de la UM tiene como especialidad la religión en Indonesia. No hay recursos humanos especializados en estudios latinoamericanos.
JJRB: Esta es una cuestión que nos concierne en AL, pues no hay medidas políticas o académicas para remediar esta situación; bien podríamos usar los sistemas de becas existentes para formar en nuestros países especialistas del sureste de Asia en temas de América Latina. Es ahí donde percibimos las fallas de comunicación para desarrollar recursos humanos. En México, entre los historiadores, hay gente interesada en temas de Filipinas, pero muy poco son atraídos por otros países del sureste de Asia. Volviendo a nuestro tema ¿en la US, los 14 o 15 latinoamericanistas obtuvieron su formación académica en Japón y/o en América Latina?
R: En nuestros casos, nos formamos en esta universidad; pero el Prof. Kishikawa tiene estudios en El Colegio de México y yo, gracias a los programas de intercambio México-Japrdoba, El Salvador y diversas universidades brasileñas y Javeriana y los Andes en Colombia. La universidad de Gto. Universidadesón, tuve experiencia en la Universidad de Guadalajara. Otros profesores se formaron aquí también; hay casos con estudios en otras universidades de Japón y de fuera; tenemos el caso interesante de una investigadora mexicana que estuvo en México hasta los 18 años y estudió aquí en la Universidad de Tokio hasta el posgrado y ahora trabaja con nosotros. También tenemos a tres investigadores brasileños que trabajan en estudios latinoamericanos.
JJRB: Resulta interesante la continuidad entre licenciatura y posgrado; para los estudiantes ¿cuáles son los programas para facilitar el contacto con América Latina?
R: La universidad tiene programas de intercambio con universidades de países hispanohablantes; en México tenemos convenios con la UNAM, la Universidad Iberoamericana, la Universidad de Guadalajara, el ITESO, el ITESM y el ITAM; ahora estamos en negociaciones con la Universidad de Guanajuato. También tenemos acuerdos con las Universidades Católicas de Chile y de Perú; en Argentina, con las de Córdoba y El Salvador; en Colombia, con la Javeriana y la de los Andes; en Brasil, con diversas universidades. A través de estos convenios, nuestros estudiantes pueden realizar estudios de medio o un año. Si sacan créditos, podemos contabilizar hasta 30 créditos entre los exigidos para su graduación.
También el programa del gobierno mexicano facilita las visitas a nuestros estudiantes. El año pasado uno de nuestros estudiantes estuvo en la UNAM durante un año. Ahora otros estudiantes preparan sus solicitudes.
JJRB: ¿Los estudiantes van a América Latina con recursos propios, de la universidad o con becas gubernamentales?
R: Por regla general van con recursos propios; pero los convenios exentan los pagos a la universidad que los recibe; en reciprocidad, los latinoamericanos estudian gratis en Sofía, pero deben cubrir su gastos de estancia.
JJRB: ¿Cuál es la proporción de estudiantes que participan en los programas de intercambio?
R: En el caso del Departamento de Estudios Hispánicos, el 15 o el 20% la mitad va a España y la otra mitad a los países latinoamericanos. En el caso de los estudios brasileños, es muy diferente; pues las universidades son prácticamente gratuitas y a los estudiantes les da igual pasar o no por nuestros convenios. No hay mucha ventaja para utilizar los sistemas de intercambio. Muchos van a Brasil, pero lo hacen por su cuenta.
JJRB: Dado el bajo costo de las universidades pública mexicanas ¿Sucede los mismo en el caso de México?
R: No, no sucede lo mismo; en gran parte, debido a la importancia de los programas intergubernamentales de intercambio. Les dan becas, ahora ¿cuánto tienen mensualmente?
JJRB: El gobierno mexicano ofrece el pasaje aéreo, el seguro médico y de 6,000 a 8,000 pesos; en doctorado, la beca puede llegar hasta 12,000 pesos.
R: En la US, los convenios más tradicionales son con el Tecnológico de Monterrey y con la Universidad Iberoamericana, los cuales cobran muchísimo dinero. Los convenios con la Universidad de Guadalajara y con la UNAM son más recientes. Contamos con pasantes en universidades mexicanas con convenios; casi ningún estudiante va por cuenta propia, pues prefieren aprovechar el sistema existente.
P: Cuando habla de un 50% que va a España y otro 50% que va a América Latina, ¿cabe pensar una diversificación de los destinos en esa región?
R: De los que van a América Latina, la mitad prefiere México y, unos cuantos, Chile o Argentina; en el caso de la Universidad Católica de Perú, la primera estudiante irá a Lima durante los próximos meses.
JJRB: La US reconoce créditos de asignaturas cursadas en el exterior ¿lo hace sobre la base de acuerdos bilaterales o de manera unilateral?
R: No tenemos convenios sobre acreditación; pero las reglas de la US establecen un número total de créditos de 124 para graduarse y reconocen hasta 30 créditos cursados en el exterior, en el marco de nuestros programas de intercambio. Dicho de otra manera, nuestros estudiantes pueden cursar hasta una cuarta parte de los créditos en el extranjero. Los estudiantes deben traer una constancia, contabilizamos las horas de los estudios realizados y calculamos las equivalencias con nuestras horas por crédito.
Normalmente, los estudiantes deben graduarse en cuatro años; pero pasan uno en universidades extranjeras y por diversas razones los estudiantes tardan en graduarse cinco años; a veces toman pocos créditos por años; pero la mayoría de los estudiantes que van a un país, lo hacen durante el tercer año y regresan a lo largo del cuarto año y deben quedarse un año para buscar trabajo durante el final de graduación. Muchos encuentran cosas atractivas en el país de destino y, en ese momento, se interesan realmente en sus estudios. Este es un problema de las universidades japonesas; pues, a los 18 años, los jóvenes no tienen idea de lo que desean hacer y eligen español por las imágenes: les gusta la comida o se han acercado a la cultura; pero, después de realizar una estancia en algún país extranjero, se despiertan y se interesan en los estudios durante el quinto año; cuando realizan la tesina.
P: ¿La tesina es obligatoria u opcional?
R: Es opcional, sólo para quienes desean escribirla; la escritura de la tesina permite obtener seis créditos. La regla general consiste en graduarse alcanzando el total de créditos exigidos.
P: ¿Cuáles son las condiciones de trabajo para los latinoamericanistas?
R: En cuanto a la investigación, la universidad nos proporciona 380,000 yenes para pagar libros, revistas o viajes de trabajo. En nuestro caso, en el Instituto de Estudios Iberoamericanos, obtenemos dinero con proyectos de inversión conjunta y usamos dinero para comprar publicaciones así como para viajar y realizar trabajo de campo. Si se quiere se puede viajar hasta dos veces por año al campo de trabajo. Algunos investigadores también concursan por los recursos que el Ministerio de Educación ofrece para desarrollar temas de investigación de su interés.
Nos es fácil viajar financieramente, pero nos es difícil viajar a América Latina, pues nos falta tiempo. Cada profesor debe ofrecer seis sesiones de 90 minutos por semana; es decir, debe impartir nueve horas-clase por semana. También hay muchas responsabilidades administrativas; ser decano me toma mucho tiempo; el Prof. Ishikawa creo que tiene más tiempo para dedicarse a la investigación.
Antes los profesores se quejaban mucho; pero ahora debemos ser más competitivos, debemos publicar más y atender estudiantes.
P: Sobre este punto ¿hay reglas específicas sobre productividad?
R: No existe una regla como tal; pero nos vigilamos entre nosotros mismos. Las críticas surgen cuando no hay publicaciones. Hasta los estudiantes critican y también la universidad nos requiere un buen desempeño en las clases, la realización de alguna innovación en materia de docencia, la impartición de cursos en inglés, la presentación de trabajos en las reuniones de las asociaciones científicas. Hay muchas exigencias y nos presionan muchísimo.
En cuanto al ambiente de trabajo, las universidades mexicanas son más cómodas o menos desagradables. En ese sentido, El Colegio de México es muy interesante.
JJRB: En efecto, yo hago un curso de tres horas por semana, durante cada semestre. Nos queda tiempo para investigar. Pero, nuestros ingresos dependen de la productividad, de primas institucionales o nacionales.
R: Las universidades japonesas son más igualitarias. En Japón, los criterios de evaluación también son los usados en ciencias naturales.
JJRB: EL PM ha propuesto nuevas iniciativas que tienden a privilegiar las áreas de ciencia y tecnología, en detrimento de las ciencias sociales; las universidades dependen de fondos provenientes del gobierno y eso las obliga a modificar sus programas de estudio, para obtener más recursos por parte del gobierno ¿cree que eso afecte los estudios latinoamericanos?
R: El gobierno utiliza subsidios para marcar el destino de las universidades; la mayor parte de los recursos van a las ciencias naturales y las ramas más desfavorecidas son las humanidades; en ciencias sociales, tenemos ventajas como puede ser la coincidencia del tema de trabajo con alguna iniciativa gubernamental que permita ganar mucho dinero; pero si uno se dedica a investigaciones críticas al gobierno, no hay garantía de obtener recursos y esa tendencia se ha marcado muchísimo.
JJRB: ¿Los profesores del Instituto pueden asociarse para obtener proyectos de asesoría gubernamental?
R: Tenemos una tendencia crítica hacia la sociedad y hacia el gobierno; como instituto jesuita debemos trabajar para los desfavorecidos y si el gobierno toma su rumbo a otro lado es algo complicado.
JJRB: Cuando sus colegas recurren a los financiamientos gubernamentales ¿lo hacen sobre la base de temas de interés de los profesores, de la universidad o del gobierno?
R: Si, podemos formar un grupo, como en el caso del proyecto sobre la revolución mexicana, para trabajar durante tres años; pero, en la mayoría de los casos, los latinoamericanistas solicitan dinero individualmente.
JJRB: En el inicio de la charla mencionó el proyecto sobre América Latina en la era de Asia Pacífico ¿piensan vincular actores latinoamericanos?
R: En Japón, los estudios latinoamericanos presentan a la sociedad japonesa cómo andan las cosas en América Latina. Ustedes, los estudiosos de Asia, deben escribir en español para la sociedad mexicana; eso mismo nos ha ocurrido, en los estudios latinos no debemos tratar América Latina como una unidad, pues tiene relaciones con otras regiones y como vivimos en un país asiático, debemos ver nuestras relaciones con los países de América Latina. Ahora surge China y los chinos hacen muchas cosas en América Latina. En la perspectiva latinoamericana, antes, Japón era un socio privilegiado y, detrás de él, otros países asiáticos; ahora China aparece como una figura más grande que Japón; desde la perspectiva latinoamericana, Japón está relativizado y debemos entender a América Latina y a Japón en el marco de Asia Pacífico. Por eso, el Prof. Kishikawa estudia los estudios latinoamericanos en China y la figura de China en América Latina. En mi caso, mi especialidad es economía mexicana, pues empresas de las industrias del automóvil y de las autopartes van a México y ese hecho afecta a las sociedades mexicana y japonesa; muchos japoneses no se imaginaban viajar y vivir en México y ahora viven ahí; esto impacta a muchos japoneses comunes y debemos trabajar para divulgar los asuntos de México en la sociedad japonesa y lo de Japón en la sociedad mexicana; pues la comunidad japonesa en la región del Bajío tiene ahora un gran impacto. En todo caso, los latinoamericanistas japoneses y los latinoamericanos especialistas en Asia podrían convergir en un proyecto común.
JJRB: En este marco ¿cómo funcionan las relaciones interinstitucionales?
R: En relación con los vínculos interinstitucionales, en las condiciones actuales, las relaciones son más bien individuales; yo, por ejemplo, tengo excelentes relaciones con colegas del departamento del Pacífico de la Universidad de Guadalajara. A través de ellos realizamos un convenio de intercambio entre las universidades. Las relaciones individuales vienen primero y si tenemos suerte se fortalecen otros marcos inter universitarios o entre los dos países.
JJRB: ¿Cómo son los vínculos con instituciones como la Fundación Japón?
R: No influye directamente en nuestras actividades. Yo conozco al Sr. Susaki, director de la oficina en México de la Fundación Japón, y alguna vez nos pidió que alguno de nuestros miembros acudiera al ITAM para realizar un curso sobre Japón. En ese nivel individual empezamos un lazo y luego intercambiamos ideas con el Sr. Susaki y espero que el lazo con la FJ se fortalezca más. Los latinoamericanistas trabajamos así, de manera individual; pero luego, estos lazos individuales pueden convertirse en lazos inter-institucionales.
[1] Departamento de Estudios Hispánicos, Facultad de Estudios Extranjeros, Universidad Sofía de Tokio.
[2] Departamento de Estudios Globales, Facultad de de Estudios Globales, Universidad Sofía de Tokio.
[3] Investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), México y coordinadora de la Red sobre Internacionalización y Movilidades Académicas y Científicas (RIMAC), proyecto n. 269402 del programa de Redes Temáticas del CONACYT
[4] Economista. Investigador de El Colegio de México/Centro de Estudios Asia-África. Coordinador del subprograma “Diplomacia científica y políticas de cooperación, movilidad y generación de capacidades”de la Red sobre Internacionalización y Movilidades Académicas y Científicas (RIMAC), proyecto n. 26 04 02 del programa de Redes Temáticas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en México.
Texto disponible en PDF: EntrevistaSD-JJRB-SophiaUniversity