Internacionalizar la Universidad de Las Américas. Entrevista a Pilar Armanet.

Entrevistada: Pilar Armanet, rectora de la Universidad de las Américas (Chile) y actual presidenta de la Corporación de Universidades Privadas de Chile (CUP).

Entrevistadores: Juan Jesús Morales y Consuelo Manosalba.


JJM: Juan Jesús Morales

CM: Consuelo Manosalba

PA: Pilar Armanet


JJM: ¿Cuáles son los programas de internacionalización que actualmente tiene la Universidad de las Américas?

PA: La Universidad de las Américas ha pasado por un proceso bien complejo a raíz de la pérdida de su acreditación, lo que significa una reducción sustancial de recursos. Desafortunadamente lo que más sufre cuando hay restricciones presupuestarias es este tipo de iniciativas. Nosotros, como ustedes probablemente saben, tenemos una meseta (matricula) de entre 30,000 y 34,000 alumnos, aunque actualmente estamos en 25,000 alumnos. Pero queremos volver a esa meseta para la que estamos preparados. Una universidad de ese tamaño plantea desafíos para  la movilidad para que sea una experiencia  que impacte a un número significativo de estudiantes. Nuestros alumnos se pueden ir a estudiar a cualquiera de las universidades de la red Laureate.[1] Pero el problema básico es de recursos. Por ello, nosotros  calculamos que mandar a un estudiante a un programa de magíster o doctorado al extranjero costaba 160,000 dólares aproximadamente. Entonces se nos ocurrió una idea que era hacer programas más cortos de movilidad de manera que los estudiantes pudiesen salir de Chile, tener una experiencia académica internacional y lograr un certificado. Nosotros hacíamos movilidad para los mejores alumnos de cada generación. En esta iniciativa, participaban grupos de 10, 15, 20 alumnos de carreras específicas. Por ejemplo, alumnos de kinesiología iban a México a realizar una pasantía de kinesiología artística y deportiva en la Universidad del Valle de México y en colaboración con el Teatro Nacional de México de manera que veían qué lesiones sufrían los bailarines y los deportistas. Entonces volvían con un certificado que acreditaba que habían tenido una pasantía en el extranjero y una experiencia académica y personal muy importante para su desarrollo futuro. Llegamos a involucrar entre 100 y 120 alumnos por año. Y tuvimos ese programa durante tres años. Pero, lamentablemente, esa fue una de las cosas que  tuvimos que suspender  en el año 2014 por razones estrictamente financieras. Durante los dos últimos años, no hemos podido llevar a cabo este programa de movilidad estudiantil por falta de recursos.  Hemos mantenido nuestra vinculación con los seminarios académicos dentro de la red Laureate, que se llama “Red práctica”. Se reúnen básicamente los académicos de áreas como la salud, medicina veterinaria, etc. pero tampoco hemos tenido financiación para la movilidad de los profesores. La no acreditación tiene un impacto enorme sobre la internacionalización.

CM: También uno de los programas que tenían la Universidad de las Américas eran las becas Santander.

PA: Esas becas sí siguen. Y es una de las posibilidades que tenemos actualmente de poder mandar alumnos becados al extranjero.

JJM: ¿Fomenta y alienta esta universidad que los alumnos postulen a este tipo de becas?

PA: Sí, tenemos una relación muy positiva con las becas Santander. Todos los años, alumnos becarios UDLA van a doctorarse o a cursar  estudios en el extranjero. Eso en una universidad tan grande como la nuestra es interesante, pero no alcanza a tener un impacto masivo. Por eso hemos diseñado programas que involucran a muchos alumnos. Entonces como no me puedo quedar tranquila ante esta situación, lo que estamos haciendo ahora es internacionalizar a través de las tecnologías. En este momento, estamos  comenzando a trabajar en  un proyecto en Derecho internacional público, que se presta mucho, para que al menos uno de los trabajos que realizan los estudiantes se hagan con estudiantes de más de un país al mismo tiempo. En esta idea, están participando la  Universidade Anhembi Morumbi en Brasil, la Universidad del Valle de México, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y nosotros. Somos 4 universidades y queremos pilotearlo una vez: la idea es tener a tener entre 100 o 200 alumnos trabajando juntos a través de las nuevas tecnologías. Yo creo que la internacionalización usando las tecnologías de la información es un camino que se ha explorado poco y que es muy fértil a mi juicio. Creo que ahí se puede hacer mucho.

CM: ¿A partir de qué medios se está realizando esta internacionalización en las nuevas tecnologías?

PA: A través de las aulas virtuales. Por ejemplo, un profesor de una de estas universidades crea un aula virtual para la realización del trabajo en el e-campus con sus foros, clases, seguimientos, etc. Luego los profesores tienen una rúbrica de corrección, se pone una nota conjunta y esa nota va al curso de cada alumno. Esta es una manera instrumental de que los alumnos aprendan a trabajar en equipos binacionales a lo menos. Aprenden a razonar, a compartir con otros, es una experiencia formadora y además es entretenido. Queremos que este proyecto sea grande y que puedan participar entre 500 y 600 alumnos al año. Creo que es una buena iniciativa para la internacionalización porque los alumnos se enganchan con este tipo de cosas. Falta tiempo para hacer cosas tan bonitas pero ya lo lograremos.

JJM: Además de este interesante proyecto de internacionalizar a través de las nuevas tecnologías, ¿han tenido alguna experiencia con las dobles titulaciones?

PA: Esto se ha hecho y funciona. Pero tengo la sensación que no integra suficientemente a las unidades académicas. Hay normalmente una unidad académica que diseña y hace el programa, y la otra le reconoce la doble titulación. No se produce la integración efectiva entre las dos instituciones. Lo que estamos tratando de hacer y hay en la red Laureate son los “cursos espejo”, por ejemplo. Pero necesitamos, en ese sentido, manejar mucho mejor las nuevas tecnologías, las cuales te dan un espacio gigante. Porque nosotros formamos parte de esta red internacional y es básico para nuestro funcionamiento. Por ejemplo, nos reunimos mucho por streaming, por Skype o, por ejemplo, todas nuestras reuniones académicas son online. Estás trabajando en tu oficina y estás asistiendo a un seminario de investigación, por ejemplo. Eso lo hacemos mucho pero todavía no hemos logrado que exista una participación activa de los asistentes y eso es porque las tecnologías que estamos usando no son las más adecuadas. Una videoconferencia de primera generación podría ser muy efectiva.

CM: Precisamente una de las cosas que caracteriza a la Universidad de las Américas, a diferencias de otras universidades chilenas, es que ha sido impulsora en el uso de las TIC durante el proceso de enseñanza universitaria.

PA: Sí, efectivamente, nosotros tenemos un énfasis en las TIC. Esto se debe a que tenemos un sistema de créditos basado en el europeo que considera el trabajo del estudiante como parte de su formación académica. Por ello, queremos que el aula virtual sea el espacio de acompañamiento del trabajo personal del alumno A través de  este sistema, les hacemos cuestionarios para monitorear su aprendizaje y ayudarlos en la formación de hábitos de estudio autónomo. Las tecnologías es para nosotros un elemento fundamental de la formación del alumnado de la UDLA.

JJM: Y retomando el tema de la internacionalización, ¿qué nos puede decir usted de los resultados de estos programas?

PA: Con mayor frecuencia de lo que esperábamos de muchos de los alumnos que participaron en estos programas de internacionalización, nunca antes habían tomado un avión y  nunca habían salido de Chile. Es una experiencia conmovedora para ellos y para su núcleo familiar, pues muchos de ellos son, además,  el primer miembro de la familia que cursa estudios universitarios. La internacionalización tenía y tiene un efecto muy importante en la autoestima de los estudiantes. Desde el punto de vista académico, también es interesante para ellos porque experimentan lo que es realizar una pasantía. Pero reconozco que tendríamos que haber trabajado mucho más para ofrecer programas que efectivamente constituyeran una certificación académica y no meramente una pasantía.

JJM: ¿Cuál es el problema que veía en estos programas de internacionalización?

Estos cursos estaban hechos especialmente para nuestros alumnos y no había la experiencia de tener compañeros. Por eso estoy armando esta otra variable con las nuevas tecnologías que es que el alumno sea compañero de estudio de otro alumno que está cursando una carrera igual a la suya en otra universidad extranjera. Por eso la importancia de las aulas virtuales.

JJM: Lo que dice usted es muy interesante, pues más allá de los resultados numéricos o los éxitos de los programas que se puedan cuantificar, apunta hacia la movilidad estudiantil como un motor de promoción social y cambio cultural.

PA: Así es. Absolutamente.

CM: En mi caso puedo añadir que, para mí, la oportunidad de salir a Argentina con la beca Santander fue una gran experiencia al abrirme otro mundo desde lo académico, desde lo social, lo cultural. Creo que lo ideal sería institucionalizar este tipo de becas aquí en esta universidad.

PA: Efectivamente, porque es tan importante salir de Chile. El tema de ver que todos los países tienen los mismos o distintos problemas, que todos los jóvenes son parecidos, que las experiencias de vida son parecidas, que nosotros estamos mejor, igual o peor a la institución que están visitando, etc. Creo que es una experiencia fundamental porque tiene mucho más que ver con el tema de la apertura cultural. Y eso, por ejemplo con los alumnos que iban a Estados Unidos y que eran valorizados muy positivamente allá, era fundamental. Es un tema mucho más profundo, es algo intangible pero no por ello menos real.

JJM: Respecto a la movilidad académica, ¿qué resultados ha obtenido y qué programas actualmente tiene la Universidad de las Américas?

PA: Básicamente el tema de las buenas prácticas. Hay redes de profesores de diferentes disciplinas. Las más activas son las del área de la salud, especialmente en los temas de simulación. La simulación como método de aprendizaje. Veterinaria o Agronomía tienen redes de  buenas prácticas orientadas al perfeccionamiento de la labor pedagógica y la gestión académica. Acuérdate que esta universidad, por diseño, fue por muchos años una universidad fundamentalmente docente. Nosotros estamos recién empezando a ser una universidad con investigación. En consecuencia, todo nuestro foco estuvo en mejorar la calidad de la docencia. Todo lo que hacíamos en materia de movilidad académica era mejorar la calidad de nuestros profesores aunque el foco era, por supuesto, el estudiante: cómo el estudiante aprende mejor, qué metodología sirve, cómo enseñar matemáticas, ese tipo de cosas. No teníamos una política de movilidad académica. Justo ahora por primera vez estamos instalando un fondo para la participación de los profesores en seminarios internacionales para que asistan a congresos y se muevan, porque recién estamos empezando en el área de investigación.

CM: ¿Cuáles son los destinos más frecuentes tanto de los alumnos como de los profesores de la Universidad de las Américas?

PA: Salvo excepciones, nosotros seguimos teniendo problemas con los idiomas: en consecuencia, los alumnos casi siempre eligen universidades de España o de América Latina. Específicamente, México es un buen destino, Argentina, Perú, y Brasil también son buenos destinos. El tema del idioma es muy importante. La mayoría de profesores y alumnos de la UDLA, no son capaces de hacer un magíster o un doctorado en inglés, prefieren experiencias en los que el idioma no sea una barrera.   Pero ello no obsta que sigamos avanzando, hemos tenidos pasantías en un programa de inglés en San José (California, Estados Unidos). Alumnos y profesores de diseño han hecho pasantías un prestigioso instituto de Milán (Domus Academy). Más allá del tema del idioma, los destinos son específicos según las disciplinas o los convenios que puedan tener las escuelas o las facultades. Por ejemplo, a los estudiantes de animación les gusta ir a Nueva Zelanda porque allí hay un centro de animación digital muy importante (Media Design School). Ahora se va a poner de moda el nuestro, por el Oscar, y esperamos recibir muchos alumnos en el futuro.[2]

JJM: ¿Qué prioridades y expectativas tiene actualmente la Universidad de las Américas en materia de internacionalización?

PA: Hay un eslogan que para mí es un horizonte futuro, “tangible internationality”. Es decir, hacer de la internacionalización una experiencia tangible para nuestros estudiantes. Ese es mi objetivo y hacerlo de distintas maneras: tradicionales con movilidad efectiva y también a través de la red con las nuevas tecnologías de la información. El objetivo es que al menos los alumnos tengan una experiencia internacional en su carrera y que hayan participado en alguna actividad internacional. Ese es mi propósito.

CM: Y de una u otra forma el lineamiento hacia la investigación de la universidad va a ir potenciando la internacionalización.

PA: Seguro. Porque hoy nosotros tenemos un área muy innovadora que es intervención comunitaria. La investigación obliga a la internacionalización de la universidad, porque la comunidad académica y científica se mueve en seminarios, congresos, publicaciones internacionales colaborativa, etcétera. O sea tú te metes en estas redes y estás. Yo entré en 1975 a trabajar en la universidad y siempre he considerado que la globalización comenzó antes en la ciencia y en la investigación científica. Porque tú te quieres reunir con gente que está investigando y trabajando los mismos temas que tú porque el conocimiento se construye piedra sobre piedra y es muy importante saber desde donde empezar a contribuir. Es una cuestión elemental.

JJM: La dificultad es aplicar esta lógica en los alumnos.

PA: Eso es lo que me interesa a mí porque la comunidad académica se va a mover sí o sí. Unos con más o menos oportunidades que otros, pero  todos se mueven. En cambio creo que, en el siglo XXI, los alumnos tienen que sentir que son parte de un mundo global. Que piensen y que sientan que viven en un mundo grande.

JJM: En relación a Chile y a este mundo global del que nos habla, ¿qué piensa usted del estado de la internacionalización de la educación superior en este país?

PA: Las universidades viven firmando convenios y yo creo que lo que se hace es bastante poco aquí en Chile porque creo que estamos usando metodologías antiguas. También porque este país es muy lejano y es muy caro moverse y desplazarse. Además cualquier viaje implica fácilmente 5 horas de duración. Y creo que sigue siendo el tema de la internacionalización más un deseo que una realidad. Lo que no significa que no haya intercambios. Por ejemplo, nosotros aquí en la UDLA tenemos 400 alumnos extranjeros cursando como alumnos regulares. Sólo en alumnos extranjeros debemos ser la universidad chilena que acoge más inmigrantes.

JJM: ¿De qué países proceden estos alumnos extranjeros?

PA: Básicamente nuestros alumnos extranjeros provienen de Perú, Bolivia, Haití y Colombia. Este rasgo hace que nuestra universidad se distinga por ser inclusiva. Además esto genera un ambiente internacional.

JJM: Retomando lo que usted habló sobre la importancia de las redes, ¿nos podría explicar por favor cómo funciona la red Laureate?

PA: Nosotros tenemos en el ámbito latinoamericano un grupo de trabajo compuesto por vicerrectores académicos para fomentar la investigación conjunta entre los miembros de la red. Debemos ser alrededor de 30 universidades. Tenemos un espacio en el que se reúnen vicerrectores académicos y directores de investigación básicamente para articular programas de investigación conjunta y fomentar redes de profesores e investigadores. Aquí, para nosotros, la internacionalización es mucho más que movilidad. Yo creo que si pensamos en internacionalización únicamente como movilidad, pasa lo que nos pasa: hablamos más de lo que hacemos. Si uno piensa en internacionalización y nuevas tecnologías, puedo hacer mucho más de lo que pienso y mucho más de lo que digo. Además si a ello le unimos internacionalización e investigación podemos, por ejemplo, introducir a alumnos en estos procesos, porque un investigador hace la investigación con alumnos y los puede incluir en sus redes. Incluso, estamos avanzando para que la investigación sea parte del currículo para que los alumnos aprendan a investigar. No una asignatura como “Introducción a la investigación” y menos “Metodología de la investigación”, porque son muy aburridas, sino que queremos establecer metodologías para alentar la investigación en las carreras. De manera que pidan trabajos  en vez de pruebas exclusivamente. Esta es la metodología que estamos intercambiando actualmente en este espacio de la red Laureate. Nosotros tenemos un magíster en “Docencia universitaria” y ahí se da uno cuenta que los profesores no traen formación en investigación. Yo que vengo de la tradición francesa me importa mucho más, en una primera etapa, que el nuevo investigador aprenda  a organizar sus ideas, a razonar, a planificar su trabajo y luego tiene el camino abierto para hacer buena investigación.

CM: Efectivamente, por lo  que conozco en las carreras de Educación, el problema es que las mallas curriculares no están propuestas para que se les enseñe la investigación a los alumnos.

PA: Así es. También porque hay investigación para distintas disciplinas. Por eso lo que me interesa es que los alumnos de cualquier carrera se acostumbren al tema de investigar para resolver problemas y que lo hagan con rigor.


[1] http://www.laureate.net/

[2] Pilar Armanet se refiere al Premio Oscar que recibió en febrero pasado el cortometraje animado “Historia de un Oso”. Fue dirigido por Gabriel Osorio y producido por Patricio Escala, ambos profesores de la Carrera de Animación Digital y que fue producida por Punkrobot una productora alojada en la UDLA desde hace 7 años. Se trata además del primer Oscar que recibe el cine chileno.


Texto disponible en PDF: Entrevista-PilarArmanet