Tensiones, distensiones y estrategias identitarias. El caso de los científicos de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) inmigrantes en México en los noventa

14 agosto, 2015 / Sin Comentarios / 2258 vistas

Izquierdo, Isabel (2013). Tensiones, distensiones y estrategias identitarias.  El caso de los científicos de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) inmigrantes en México en los noventa (Tesis de Doctorado en Pedagogía). Universidad Nacional Autónoma de México, 303 pág. [1]

Por: Dira Plancarte Flores[2]

INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas, las migraciones internacionales de científicos han devenido un tema de relevancia mundial debido a las repercusiones que tienen en los países de origen y recepción. En su mayoría, los estudios que indagaron dicho fenómeno están centrados en la dimensión económica del proceso, de tal forma que están focalizados en las pérdidas y ganancias de los individuos en situación de migración o de los países.  En contraste, pocos atienden episodios de las historias personales susceptibles de explicar la construcción de nuevos horizontes académicos en los países de recepción o bien rastrean las consecuencias de los procesos migratorios en los sujetos: de acuerdo con Izquierdo, las respuestas aportadas al respecto son casi nulas. En ese marco, la investigación doctoral de la autora pretendió recuperar opiniones de los científicos de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que trabajan en México para explorar cómo experimentan su proceso de migración-inmigración y cuáles son los efectos de dicho proceso en la construcción de su identidad académica.

JUSTIFICACIÓN

En el desarrollo de los estudios en torno a la migración internacional de científicos, Izquierdo identificó tres enfoques dominantes: la ganancia de cerebros, la pérdida de cerebros y los cerebros en red.  En los tres, sin embargo, los sujetos son simples números y los investigadores no se interesan específicamente en el devenir histórico, social, cultural, político y educativo de la migración de científicos. Ante esa constatación, la autora pregunta ¿cómo hablar de migración internacional altamente calificada sim tomar en cuenta a los actores del fenómeno?  Centrar la mirada en ellos, a juicio suyo, permite entender las acciones que implementan para estructurar su historia en México; por ende, ese enfoque también aporta a la historia general de las migraciones.

Izquierda apuntó que México, a pesar de no ser considerado como uno de los principales polos de atracción de científicos a escala mundial, recibió grupos de migrantes altamente calificados en tres momentos: siguiendo a otros especialistas como Castaños, indica que la década 1930 fue caracterizada por la llegada de exiliados republicanos españoles, asilados por el gobierno del presidente Cárdenas;  entre 1950-1980, se dirigieron al país otros flujos de refugiados políticos, latinoamericanos y caribeños;  entre 1980-2000 , empezaron a llegar científicos provenientes de India, China, la ex URSS y Alemania, entre otros.

Del estudio cualitativo de estas migraciones, sobre todo las que refieren a la experiencia del exilio, la autora desprende una de sus premisas centrales: la migración (forzada o voluntaria) es una condición que produce en el sujeto una crisis identitaria.  De ésta, derivó tres categorías de análisis que utilizó para construir la investigación: Sujeto e Identidad, específicamente social en su dimensión académica (que puntualizó en dos aspectos, tensiones y distensiones identitarias, y estrategias identitarias) y Migración e inmigración (la primera entendida como proceso y la segunda como estado).

METODOLOGÍA

Izquierdo indagó la tirantez que el proceso migratorio-inmigratorio desencadenó en la identidad académica de los científicos de la ex URSS. Se preguntó ¿Cuáles fueron las tensiones y distensiones que el proceso migratorio-inmigratorio provocó en la identidad académica de los científicos de la ex URSS? ¿Cómo las resolvieron y gestionaron?

Para aportar respuestas, se abocó a:

  1. Explorar la socialización, la formación y el trabajo de los científicos en el sistema científico soviético.
  2. Describir y explicar las recomposiciones que el proceso migratorio-inmigratorio originó en su identidad académica –en especial en la docencia e investigación-
  3. Analizar las estrategias identitarias que los informantes pusieron en marcha para resolver y actuar ante los cambios a los que fueron confrontados.

La autora apoyó su trabajo en el método cualitativo interpretativo. Utilizó el enfoque biográfico de Daniel Bertaux para dar cuenta de la experiencia vivida. Recurrió a relatos de vida como técnica de investigación y aplicó entrevistas semi estructuradas y cara a cara como instrumento de recopilación de información.

Trabajó con 15 científicos de la ex URSS (5 mujeres y 10 hombres), asentados en una universidad pública del centro del país y en una del interior de la república. Sus informantes llegaron a México en los noventa gracias al subprograma de Cátedras Patrimoniales del CONACYT.  Son Profesores Investigadores Titulares, en Ciencia Exactas y Aplicadas; pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores y nacieron en cinco de las quince repúblicas que conformaban a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: Azerbaiyán, Georgia, Armenia, Ucrania y Rusia. De acuerdo a su edad y proceso de formación en la ciencia, la autora los reparte en dos generaciones, la de la esperanza y la de la búsqueda.

De acuerdo al enfoque biográfico seleccionado, Izquierdo situó en dos tiempos el análisis de los relatos de vida, el histórico (estructural) y el biográfico (sujeto). En el primero, indagó el origen social de los entrevistados, su proceso de formación y su incorporación al ámbito laboral soviético (Capítulo 4). Posteriormente, analizó su proceso de inmigración a México: cómo nació su proyecto, cuáles eran los destinos posibles contemplados y en qué condiciones se concretó su venida al país (Capítulo 5). Finalmente, reconstruyó su experiencia en México, haciendo hincapié en sus representaciones previas del país, sus incorporaciones laborales, los contenidos de su trabajo académico y la forma en que respondieron el interrogante “¿quién soy yo, después de todo?” (Capítulo 6).

RESULTADOS

El mundo académico soviético, el origen.

La autora clasificó a sus entrevistados en dos grupos, constituidos a partir de una periodización de su proceso formativo y recorrido laboral en la URSS: los de la generación de la esperanza nacieron en las décadas de 1930-1940, los de la generación de la búsqueda en las de 1950-1960. Ambos grupos recalcaron que eran diferentes étnicamente cuando vivían en la ex URSS pero, en el tiempo y espacio mexicanos, el compartir una misma experiencia (ser científicos formados en el sistema educativo soviético) los identificó y cohesionó.

Ambas generaciones se formaron en pleno desarrollo industrial y científico de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; de ahí que, para la mayoría, el primer espacio de socialización con la ciencia fuera su núcleo familiar y que su camino académico estuviera caracterizado por la excelencia escolar y una aspiración en volverse científico. Izquierdo muestra que dicho deseo se fundamentó en el estatuto que la sociedad soviética le confería a la actividad científica. Elegir esa profesión era una forma de adquirir respetabilidad social y situarse en un espacio de libertad autónomo, pese a las imposiciones ideológicas que predominaban en la URSS. Ese modelo ideal de científico que los informantes interiorizaron les llevó a dedicar su vida al conocimiento. Al ingresar al mundo laboral, buscaron centralmente hacer investigación, pero los espacios de profesionalización a los que accedieron dependieron de sus universidades de origen, de las redes académicas que formaron en ellas y de sus logros y reconocimientos.

La inmigración a México, el camino.

Al iniciar el deterioro del Estado Soviético y al colapsar el sistema científico entre 1980 y 1990, los informantes entrevistados por Izquierdo señalaron que la imagen y acción del ser científico se quebrantaron. La disminución sustancial del financiamiento a la ciencia y la falta de trabajo los motivaron a buscar oportunidades profesionales en otros países. Izquierdo indica que no había una fuerte correspondencia entre los países a donde querían migrar y las oportunidades reales de desplazarse. Ese sesgo los llevó a desplegar estrategias para encontrar nuevos espacios factibles de ejercicio profesional. Dada la creación del Programa de Apoyo a la Ciencia en México (PACIME) en 1990, cofinanciado por el Banco Mundial y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), México apareció como un destino no esperado.

Los informantes lo consideraron en principio como una primera salida viable a su situación y un puente académico. México, por su parte, consideró que atraer a los rusos era una oportunidad de incorporarse a la modernidad.  Según la investigación de la autora, el subprograma de Cátedras Patrimoniales hizo posible captar a 261 científicos de la ex URSS (en un principio, para estancias temporales): esos recibieron como encargos abrir nuevas líneas de investigación, fortalecer los grupos científicos y formar a jóvenes.

México, lugar de tránsito y lugar de estar.

Izquierdo observó que la llegada a México de los científicos de la ex URSS estuvo marcada por el descubrimiento de algo nuevo, lo mexicano. Las representaciones que ellos tenían del país habían sido transmitidas por el cine, las telenovelas, la música y la publicidad. Sin embargo, en el encuentro concreto con lo mexicano, esas se cuartearon. A efectos de auto-protección, muchos entrevistados activaron estrategias identitarias fundamentadas en la diferencia (diferenciarse del otro para reafirmarse), el rechazo y el refugio (borrar a los otros para dejar emerger lo propio).

Izquierdo encontró que, al incorporarse en sus ámbitos laborales, los científicos rusos iniciaron procesos de reconstrucción de su identidad académica distintos en función de su pertenencia a la generación de la esperanza (llegaron a México siendo científicos consolidados) o a la de la búsqueda (jóvenes científicos). Esos fueron a su vez mediados por tensiones y distensiones particulares, determinadas por las universidades a las que se incorporaron, la solidez académica, el género y las redes familiares y académicas con las que contaban a su llegada.

Asimismo, la autora demostró que el trabajo académico de los científicos se modificó al desempeñar funciones de docencia e investigación. Las primeras generaron una tensión que los científicos gestionaron a partir de estrategias de continuidad; las segundas resultaron un soporte de diferenciación con respecto a los científicos mexicanos, generando dinámicas de acoplamiento para la generación de la esperanza y de desarrollo profesional para la de la búsqueda.

CONCLUSIONES

La identidad académica de los científicos de la ex URSS en México, concluye Isabel Izquierdo, se construyó y reconstruyó a través de modalidades particulares de un saber estar con los otros y consigo mismos. La migración supuso para éstos un proceso de búsqueda y gestión identitaria. Su saber hacer particular en la ciencia y las consecuentes prácticas académicas fueron elementos que los diferenciaron de los otros. Experimentaron en forma distinta su llegada a México, según sus trayectorias académicas y pertenencia generacional.

La generación de la esperanza, al tener una trayectoria académica consolidada al momento de su arribo a México, pudo continuar con las prácticas docentes y de investigación que manejaba en la URSS. La generación de la búsqueda, por contrario, construyó en México su trayectoria académica y consolidó aquí su ser científico. Reelaboró sus prácticas con base en la síntesis de los dos universos científicos que conoció.

Para ambas generaciones, señaló Izquierdo, el mundo académico mexicano ofreció distensiones identitarias basadas en un sentimiento de bienestar (“estar a gusto”) y trabajo en libertad, que les permitieron acomodarse en el espacio mexicano y permanecer hasta el momento en él. Puntualizó asimismo que aquellos científicos que se auto-perciben como exitosos y con libertad académica son quienes se encuentran más satisfechos con su instalación en México.

A manera de cierre, la autora advierte que la condición de migrante-inmigrante hizo que el saber estar de los científicos de la ex URRS se manifestara de manera flexible y dinámica en la interacción con varios mundos académicos. Explicó que su experiencia del traslado les permitió generar saberes, desarrollar estrategias unificadoras, tender puentes e integrar elementos adicionales a su identidad. Sin embargo, la atribución de rasgos identitarios por parte de colegas, estudiantes e instituciones generó conflictos.

[1] Disponible en:  http://www.ses.unam.mx/integrantes/uploadfile/aalcantara/Izquierdo2013_Tesis.pdf

[2]Asistente de Investigación SNI en el Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Miembro del equipo de apoyo académico de la Red RIMAC, Proyecto CONACYT No. 260402.

Correo: diplanflo@gmail.com


Reseña realizada en el marco de la Red Temática sobre Internacionalización y Movilidades Académico-Científicas, Proyecto CONACYT No. 260402.

Texto Disponible en PDF: Resena_Izquierdo