Aboites Aguilar, Hugo. (2010) La educación superior latinoamericana y el proceso de Bolonia: de la comercialización a la adopción del proyecto Tuning por competencias, en Educación Superior y Sociedad. Vol enero 2010, No, 1, año 15, pp. 25-44.
Ficha elaborada por: Dira Plancarte Flores. DIE –Cinvestav, Julio de 2015. Correo electrónico: diplanflo@gmail.com
La educación superior latinoamericana y el proceso de Bolonia: de la comercialización a la adopción del proyecto Tuning de competencias
Palabras clave:
Competencias
Proceso de Bolonia
Proyecto Tuning
El Proceso de Bolonia ya no puede ser sólo considerado como un fenómeno europeo en la medida en que se ha extendido también a América Latina y ha incorporado a las universidades latinoamericanas en una etapa de transformación a partir del Proyecto Tuning. Para el autor, esta iniciativa que busca establecer un modelo único de formación profesional basado en competencias en América Latina, ignora la diversidad cultural y el papel social de la universidad, y puede convertir a las universidades en centros de adiestramiento y formación de capital humano.
A partir de la firma del TLCAN, en México y América Latina comienza a ser visible el significado del libre comercio para la educación superior. Para Hugo Aboites, ésta ha sido convertida en una pieza estratégica de la nueva economía del conocimiento y las decisiones en torno en a ella han sido supeditadas a espacios de participación restringida y abiertamente pro-empresarial.
En el siglo XXI, las políticas neoliberales latinoamericanas en educación superior crecen a la sombra del proceso de integración de la Unión Europea, a la luz del Proceso de Bolonia. A partir de los años 90 y en tres etapas de relación, América Latina ha comenzado a formar parte de este proceso hasta el punto en que, a partir del año 2004, ha adoptado la propuesta europea de formación profesional a partir del Proyecto Tuning de competencias.
Dicho Proyecto destaca por establecer un parámetro de homogeneidad en la formación profesional a partir de la adquisición de un determinado número de competencias genéricas, y especificas diferentes para cada profesión. Responde a las demandas del contexto europeo, pero, al pretender exportar a América Latina plantea ¿cuáles serán las implicaciones de este planteamiento para las universidades latinoamericanas?
De acuerdo con Aboites, al ser una copia ligeramente modifica de un proyecto netamente europeo y al estar impuesto por un pequeño grupo de funcionarios y académicos, las posibles implicaciones son:
1) Al determinar un enfoque de enseñanza, aprendizaje y evaluación, además de incorporar la idea de unificar los créditos académicos y poner énfasis en la calidad de los programas, Bolonia irrumpe abiertamente en América Latina e impone una lógica externa a sus necesidades.
2) Si parte de una orientación preponderantemente empresarial y mercantilizadora del Tuning que hace posible saber qué sabe, qué puede hacer y cómo es el capital humano a partir de la debida evaluación de cada competencia, únicamente ciñe a una lógica de economía europea crecientemente homogénea al proyecto educativo.
3) Tiene un carácter único, de forma que el intento por establecer una mínima diferenciación regional o nacional no existe e impone un perfil profesional idéntico para toda América Latina.
4) Es discutible su propuesta académica y pedagógico-educativa en la medida en que por una parte reduce el mínimo el pensamiento más elaborado, crítico y amplio sobre la realidad de un país y sobre la forma en que en ella inciden los profesionistas. Y por otra porque promueve una formación esencialmente fragmentada sin una corriente intelectual que la sostenga. De tal forma que hace de la formación profesional una formación superficial y trivial.
5) Plantea un serio cuestionamiento a la identidad de académicos y estudiantes como protagonistas del quehacer educativo y un cuestionamiento también a la identidad de las universidades latinoamericanas.
Así, para Aboites, el proyecto Tuningal buscar satisfacer los intereses del capital propicia que las universidades latinoamericanas se apropien de estándares internacionales para constituir y asumir a sus países como países maquiladores cuyos profesionistas deben ser agentes de la inversión y la tecnología externa, y no constructores de pensamiento ni de la transformación social.
Ante esta realidad el autor concluye que la universidad latinoamericana requiere resistencia y reformular su identidad en dialogo con las nuevas y las antiguas culturas que pueblan la vasta región latinoamericana, abrir sus puertas a todos, investigar todo, aún aquello que no es de interés desde la lógica del poder y la ganancia, pero que pueda transformar nuestras sociedades.
La esperanza, menciona, recae en comunidades, estudiantes y también académicos que han generado y generan intensos y variados movimientos donde se mezcla la resistencia, la organización de nuevos actores y la generación de alternativas antes apenas imaginadas.