Izquierdo, Isabel (2011) “Los científicos de Europa Oriental en México: una exploración a sus experiencias de migración” en Educational Policy Analyses Archives, Vol. 3, No. 1, pp. 2-19. Disponible en:http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=275019735007

Ficha elaborada por: Carlos Mario Dimas Arredondo, DIE, Cinvestav, Mayo de 2016. Correo electrónico: carlosmario.dimas@gmail.com

 

Los científicos de Europa Oriental en México: Una exploración a sus experiencias de migración

 

La autora presenta los resultados de las entrevistas realizadas a científicos emigrados, principalmente rusos, en la década de los noventa del siglo pasado a nuestro país. Indaga cuáles fueron las razones por las cuales salieron de sus países de origen y cuáles fueron los motivos principales por los que estos decidieron quedarse en México.

 

 

Entre los grupos migratorios que llegaron a México desde finales del siglo XIX hasta principios del XX, predominaron los trabajadores que apenas sabían leer y escribir. En esa época, varios grupos de inmigrantes arribaron al país, entre ellos peones, principalmente chinos y japoneses. Otros estuvieron conformados por ingleses, estadounidenses, franceses, alemanes y españoles pero estos, a diferencias de los anteriores, realizaban actividades como administradores, comerciantes, industriales y prestamistas y se ubicaban en la industria minera, petrolera, ferroviaria, manufacturera y de producción de cultivos de exportación.

En años más recientes, una importante ola migratoria hacia México tuvo lugar en la década de los treinta del siglo XX. Fue por parte sostenida en los españoles. Un número significativo, aproximadamente medio millón, huían de su país por persecución política del régimen fascista de Francisco Franco. Este exilio español es una de las inmigraciones mejor conocidas, especialmente porque involucró a investigadores, profesores e intelectuales que se integraron o se formaron en la vida académica, cultural y científica de México.

A finales del siglo pasado, en los 90 llegaron a México científicos de distintas nacionalidades con visos a insertarse en la vida académica nacional. El motivo principal por el cual varios científicos rusos salieron de su país de origen era de orden étnico. Otras razones fueron económicas, políticas y nacionales.

En este contexto, el artículo se centra en analizar las experiencias migratorias de nueve científicos que llegaron al México en la década de los noventa, principalmente provenientes de la ex Unión Soviética. Se focaliza en los motivos que los científicos tuvieron para salir de esa región y las razones para quedarse en México.

¿Cómo llegaron a México? En la década de los noventa, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) implementó el Programa de Apoyo a la Ciencia en México (PACIME). A través del PACIME, financió varios Subprogramas, entre ellos el de las Cátedras Patrimoniales, que brindó apoyos a profesores extranjeros visitantes, que tengan interés en desempeñar actividades docentes y de investigación en una institución mexicana por un año renovable a dos. Otros científicos rusos llegaron a través de una invitación directa por una comisión apoyada por CONACyT.

Por otro lado, los entrevistados no imaginaban a México realmente como un lugar permanente de trabajo, sino más bien como una residencia por un corto tiempo, porque veían a México como un puente académico para llegar a otros lugares de producción científica en Norteamérica.

La edad que ya tenían algunos entrevistados al momento de llegar a México, y con ello, la reducción de posibilidades para emigrar a otro país así como la estabilidad laboral fueron factores decisivos para que estos científicos adopten a México como su hogar académico y personal.

Aunque el presente trabajo reafirma algunas cosas encontradas en la literatura sobre la emigración hacia México de grupos científicos, también deja ver otros tantos aspectos innovadores. Por ejemplo, la autora señala de que acercarse en mayor medida a los científicos, permitirá sacar a la luz datos que aún parecen grisáceos e, incluso, pasan desapercibidos en cuanto a la movilidad internacional de los cuerpos científicos en el mundo.