Recomendaciones para un plan de acción decenal en educación superior en América Latina y El Caribe: algunas sugerencias para la CRES 2018 desde México

Sylvie Didou Aupetit 2 de Julio 2018 didou@cinvestav.mx

 


En la Ciudad de México, los días 27 y 28 de Junio de 2018, se celebró en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), por iniciativa de la institución y del Consejo Regional del Área Metropolitana de la Asociación Nacional de Universidades y de Instituciones de Educación Superior (CRAM-ANUIES), en colaboración académica con el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional y de la Red temática sobre Internacionalización y Movilidades Académicas y Científicas (RIMAC-CONACYT¿), el Foro “Hacia una internacionalización endógena de la Educación Superior: los temas de la agenda“.

En el Acto inaugural, el Dr. Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la UAM y presidente en turno del CRAM, hizo acotaciones sobre la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES-2018) recientemente celebrada en Córdoba, Argentina y la primera mesa de diálogo concernió sus resultados. En ella, participaron el Dr. Andrés Aluja Schunemann, coordinador general de internacionalización de la Universidad Autónoma de Yucatán (UAdY) y el Mtro. Alfredo Camhaji Samra, asesor del Coordinador General del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), Dr. José Franco. La Dra. Sylvie Didou (Cinvestav) introdujo y concluyó el conversatorio.

La Mtra Irais Barreto (estudiante de doctorado-Cinvestav), coordinadora de la Mesa, dirigió las siguientes preguntas a los ponentes: 1. ¿Cuáles fueron los principales aportes y límites de la CRES, en cuanto a capacidad de constituirse en un Foro de referencia para la Educación Superior a escala de América Latina, 2. ¿Cuáles serían las políticas y programas a incluir en el Plan de Acción que ha de acompañar la Declaratoria? , 3. En relación a internacionalización ¿qué reformas habría que realizar para incrementar su eficiencia? y 4. ¿En qué medida consideran factible empujar procesos de cooperación académica enfocados a la integración de un Espacio Latinoamericano de la Educación Superior? En esa perspectiva, ¿qué se puede esperar de un nuevo ciclo del programa ENLACES?

El debate fue orientado a que los conferencistas hicieran propuestas para el Plan de Acción que el Comité internacional de expertos, a cargo de su elaboración, tendrá que estructurar en los próximos meses en vista a producir el documento programático que América Latina y El Caribe (ALC) presentará a la UNESCO por una parte, a las instituciones de educación superior (IES) de la región, por la otra.

Para la presente reflexión sobre ese evento, sintetizaremos las opiniones vertidas por los conferencistas. En su caso, haremos referencia a algunas otras ponencias, presentadas en el mismo Foro, que permiten ahondar en los asuntos mencionados en la Mesa.

Los dos ponentes enfatizaron la línea de continuidad que caracterizó la CRES-2018 con respecto de las dos anteriores (CRES-La Habana, 1996 y CRES-Cartagena, 2008). Consideraron importante reiterar que la educación superior es un bien público así como refrendar el compromiso de seguir propiciando un aumento de la cobertura en educación superior. Hicieron énfasis en la necesaria vinculación de ese proceso con programas de promoción de la equidad, en una región en la que los índices de pobreza y de vulnerabilidad siguen entre los más elevados a escala mundial. Consideraron legítima la preocupación de que los proveedores transnacionales de educación superior, con fines de lucro, sean controlados en forma más eficaz por los gobiernos. Su expansión en la región, bajo distintas modalidades de inversión, ha continuado en la pasada década, principalmente en Brasil, en Chile y en México. Esa dinámica, en ciertos casos, descansa en el hecho que los consorcios y los grupos corporativos invierten en el sector al amparo de las normativas sobre la inversión extranjera directa (IED) cuya observancia está a cargo de las Secretarias de Economía y no de las Educación [Álvarez Mendiola, 2018, en ese mismo foro].

Tanto el Dr. Aluja como el Dr. Camhaji señalaron que el evento despertó gran interés, principalmente entre los rectores y que la afluencia de participantes fue masiva. No obstante, al proceder los asistentes esencialmente de Argentina y de los países vecinos, el sesgo geográfico alentó cierta endogamia en los debates. Favoreció una inclusión preponderante, en la agenda de discusión, de asuntos de pertinencia subregional o nacional, tal el co-gobierno o la defensa de la educación superior publica en tanto suministro gratuito de enseñanza , en detrimento de tópicos de interés compartido por toda la región: sobresale entre estos la urgencia de revisar los modelos curriculares ante la velocidad de los cambios tecnológicos y de extender prácticas innovadoras de formación de los docentes universitarios. Esos temas fueron nodales en la IV Reunión de Rectores de Universia, convocada en Salamanca, España, el 21 y 22 de mayo 2018, pero no fueron recogidos ni discutidos con sistematicidad en la CRES. De igual forma, algunas iniciativas que se expandieron en ALC en la pasada década (tales las carreras compartidas) no estuvieron examinadas con el suficiente cuidado, pese a su rol en la actualización del curriculum y en la provisión de oportunidades de internacionalizar “sin movilidad”, según el comentario de un miembro del público.

Finalmente, reconocieron que una prioridad de acción consistía en superar la carencia de datos a fines de identificar mejor las lógicas de funcionamiento de la educación superior en la región, con sus variantes nacionales, para tomar decisiones y para construir una agenda no sólo concertada, si no informada, de acción, en las escalas macro, sub regionales y nacionales.

Los ponentes detectaron, entre las principales limitantes de la CRES-2018, la casi- ausencia de Ministros de Educación y el muy reducido espacio de participación autónoma de los estudiantes, para que ellos expresen sus expectativas acerca de la educación superior, como proyecto formativo y de profesionalización. Eso, más allá de las intervenciones puntuales que los estudiantes hicieron desde el auditorio para defender sus causas, en Argentina o para denuncia la represión en su contra padecida en Nicaragua, durante la CRES. Por otra parte, Alfredo Camhaji y Andrés Aluja plantearon la necesidad que los gobiernos ejecuten sus compromisos formales de distribución de los recursos a la educación superior y a la ciencia con el fin de asegurar la viabilidad de las políticas institucionales y de la acción pública, en un contexto regional en el que las coyunturas son delicadas en varios países, a diferencia de lo que ocurría hace 10 años.

Señalaron que la movilidad ha sido, con toda evidencia, el eje de las políticas de internacionalización. En contraste, poco se sabe de los beneficios que obtienen las IES al apoyar los intercambios estudiantiles, ni de los motivos de los estudiantes cuando buscan estudiar afuera. Tampoco se dispone de una información consistente acerca de las prácticas académicas al respecto, de las estrategias abocadas a internacionalizar la academia latino-americana o de las experiencias dedicadas a propiciar una sensibilidad intercultural en ALC, hacia dentro y hacia fuera.

Los ponentes reconocieron asimismo que los aportes del ENLACES han sido inferiores a los esperados. Si ENLACES está reconducido, será preciso garantizar que haya un liderazgo claro en su conducción, optimizar su modo de organización, velar por los equilibrios entre los actores que lo empujen y prever un mecanismo eficaz para monitorear el cumplimiento de sus compromisos, en tiempo real. Consideraron que, de manera más general, un pendiente es desarrollar un mayor potencial de inter-actuación entre todos los actores universitarios: señalaron que es preciso reunir condiciones y empujar iniciativas que permitan diálogos y acciones conjuntas entre los académicos, estudiantes, autoridades y administrativos para aminorar el riesgo de crisis de gobernanza. Aludieron, como una ilustración de ello, al programa de movilidad de administrativos, implementada por la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina) con otras instituciones latino-americanas Consideraron igualmente indispensable involucrar en ese esquema de interactuación a las IES, de todos los tipos y tamaños (no sólo a macro universidades, ni universidades públicas sino también a establecimientos tecnológicos de educación superior o instituciones privadas sin fines de lucro), a las asociaciones, a las redes y a los consorcios interesados. Llamaron a convocar a sujetos, a colectivos, a organizaciones y a agencias, nacionales e internacionales para que, en conjunto, identifiquen líneas de acción a apoyar, evitando así que las decisiones se tomen conforme con una diplomacia de cumbres o una dinámica sectorial. Ambas son, en efecto, ineficientes para reunir capacidades operativas, implementar decisiones y generar movilizaciones de actores para impulsarlas

Recomendaron, en conclusión, apoyar iniciativas en materia de:

1. Estructuración de dispositivos para sostener la construcción de un espacio latinoamericano y caribeño de educación superior. Dado que varios países de ALC no cuentan con dispositivos instalados para impulsar una cooperación alterna a la Sur-Norte (Sur-Sur y triangular), un primer paso sería crear mecanismos especializados en su promoción, coherentes con las estructuras nacionales para la gestión de la cooperación internacional. Otro sería constituir un Foro regional de financiamiento para la Educación Superior y para la Ciencia y Tecnología, para respaldar programas de integración e investigación regionales. Un tercero sería propiciar programas de equivalencia de créditos entre instituciones igualmente equivalentes, en ALC.

2. Diseño de proyectos factibles, de mediano alcance. Se requiere optimizar las capacidades para discriminar propuestas y designar responsables ejecutivos, con diferentes perfiles en función de los contenidos y atribuirles recursos semilla, durante la etapa del piloteo, utilizando los numerosos dispositivos instalados [Góngora Jaramillo, 2018, en ese mismo Foro].

3. Acreditación y evaluación: aunque el tema no es nuevo y ha dado pie a iniciativas sub-regionales, por ejemplo en Mercosur y en Centro-América, sería conveniente apuntalar iniciativas recientes de acreditación institucional a nivel regional así como normalizar y fortalecer la formación de expertos regionales en esa materia. Otro asunto consistiría en examinar la pertinencia de apostar a los rankings y a los mecanismos internacionales de acreditación

4. Innovaciones: los ponentes señalaron que es crucial prestar más atención a las innovaciones que están transformando en el mundo los escenarios de la educación superior e identificar las respuestas, todavía puntuales, ideadas por las IES en América Latina. Como ilustración, mencionaron que los MOOC reúnen ya varios millones de usuarios y en algunos países permiten obtener mini maestrías (España, por ejemplo). América Latina debe entonces incluir la virtualidad como un objeto que cabe en el ámbito de las políticas públicas de educación superior. En efecto, su expansión en un futuro próximo obligará a redefinir, en el conjunto de los sistemas de educación superior, la noción de presencialidad.

5. Internacionalización: una primera sugerencia fue atender la urgencia de generar información actualizada, confiable y, sobre todo, comparable sobre sus aspectos no documentados. Se consideró que asociaciones tal la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL) podrían jugar un papel determinante en ese proceso. Una segunda recomendación consistió en impulsar significativamente la movilidad estudiantil, cuyo fortalecimiento es inercial más que proactivo, desde la educación preparatoria hasta el posdoctorado [Ramírez García, 2018, en ese mismo foro]. Una tercera consistió en apuntalar proyectos de internacionalización endógena, vinculados proactivamente con las fortalezas y con los planes de desarrollo de las instituciones más que con oportunidades externas . Una cuarta fue la de mejorar la enseñanza de lenguas extranjeras y de formalizar los criterios de aprendizaje y de reconocimiento de las habilidades lingüísticas [Angulo, 2018, en ese mismo foro], en cooperación con los niveles anteriores de educación superior. Una última fue operar proyectos de cooperación alterna y disciplinaria con contrapartes específicas en Asia [eventualmente, en red con América Latina], con base en los avances logrados en los últimos años, como respuesta a los problemas que limitan, desde la elección a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, la cooperación académica con Estados Unidos [Ramírez Bonilla, 2018, en ese mismo Foro]

En aras de la importancia de la CRES, del grado de generalidad de sus conclusiones y de abonar a la confección de un plan de acción que sea respetuoso de las situaciones nacionales a la par que sirva para identificar ejes comunes de acción y se traduzca en programas, susceptibles de generar movilizaciones amplias para su concreción, se propuso que México hiciera el ejercicio de articular un plan nacional de líneas de acción, estructurado en torno a proyectos particulares. La idea es proponer, por ese medio, programas ejecutivos que permitan, a escala de los países, recoger propuestas de interés, separando las de indole nacional y las de alcances regional y sub regionales. Esas estarán identificadas conforme con una lógica de auscultación, de abajo hacia arriba y mediante una consulta, organizada y participativa, de actores, colectivos, organizaciones y agencias interesadas en el futuro de la educación superior en la región.

 


 Enlace PDF: Recomendaciones Sylvie.pdf